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IL POSTINO

IL POSTINO

viernes, 27 de septiembre de 2013

I AM A STRANGE LOOP



En esta caja de experimento que somos cada uno de los humanos, me asalta la curiosidad de progresar en el nivel cognoscitivo de la esencia del "yo". 'Yo' he viajado, sin ufanarme, a un estado donde 'mi pájaro enjaulado' observa todos los acontecimientos sin poder aplicar las modalidades de pensamiento inductivo y deductivo, estando reducido al azar de los hechos, o siendo conducido por los "desórdenes de ideas" de quien no cree más ya en la realidad como algo con explicación o que puede asimilarse. El sentimiento trágico es cuando los sentidos del oído y de la vista provocan percepciones que no tienen lógica, lo que se piensa es que ya se quedó atrapado en una paradoja como la del gato de Schrödinger, no se sabe si estás muerto o estás vivo, no se asegura si es vivir no ser 'yo' o si es morir no ser 'yo'. La paradoja es 'ser o no ser', estar como 'pájaro enjaulado' es la situación común de cada cerebro, pero al momento de encontrarse en interacción surge lo que liga a los demás con uno, el lenguaje es pieza clave, el mundo de símbolos y su decodificación son parte de lo que nos da pertenencia a lo humano, T-R-A-G-E-D-Y es perder el piso y encontrarse que ya no te representa lo que fácilmente descifrabas del mundo, ahora sucede que ya no entiendes qué pasa, hay miedo, el reducto del 'yo' o 'pájaro enjaulado' se defiende tratando de regresar del abismo buscando el apoyo en el lenguaje y los símbolos del mundo humano, no hay escapatoria, pero el secreto del regreso está en una voluntad férrea de dar explicación a lo simbólico, de encauzarse en un entendimiento del lenguaje, no se perdió todo al fin y al cabo, se pueden asociar palabras, se realiza asociación de símbolos aunque sea incorrecta, pero 'el pájaro enjaulado' está prisionero, confinado, reducido, no puede cantar siendo un 'yo', se encuentra como el tipo de "El hombre de la máscara de hierro", nada de realidad más que la mazmorra pero de un mundo incoherente, vacío, donde reina la incertidumbre y se anda de cabeza, y donde el último refugio es ese encierro, ese aprisionamiento, esa jaula donde no se deja morir el 'pájaro enjaulado'.



Fue a finales del 2007, cuando apenas recuperado de la enfermedad fatal, daba clases en una preparatoria privada que usa hoy un lema rimbombante de 'Sé Líder', casi obtenía la contratación, pero a pesar de no proseguir con esta experiencia, me animé a proyectarles a mis alumnos el video de What The Bleep Do We Know!?. Les pedí que entregaran un ensayo de 1 página sobre sus impresiones al ver este film donde la protagonista Marlee Matlin, actriz sorda, se encuentra en una serie de situaciones que le hacen modificar la percepción del mundo. Ha tenido muchas críticas este film, pero se atreve a dar una opinión sobre temas complicados de la mecánica cuántica y sobre el efecto de las hormonas en la conducta humana. Sí, logré el objetivo de poner a pensar a los jóvenes sobre lo que creen que es una realidad sin transformación, siempre que sucede algo diferente a lo cotidiano, puede ser un atisbo de que no estás muerto. Quizá hay una confrontación con las religiones en el film y se enaltece al mundo científico, quizá se denigra el conocimiento científico y lo vuelven morbo, pero ya no me quedé para atestiguar con otros estudiantes la prueba de que si pones a dudar a los jóvenes los haces madurar o crecer con más sueños.



Ahora, que me dedico nuevamente a la docencia, tengo la oportunidad de volver a confirmar lo que parece extraño, me enfrentaré en tres semanas al libro 'I Am A Strange Loop' traducido como 'Yo Soy Un Extraño Bucle', y quiero disfrutar lo que el siguiente extracto difunde:


"En 2007 publicó I am a strange loop (Yo soy un extraño bucle, primera edición española, Barcelona 2008), profundizando en el concepto de «bucle extraño» que trató en Gödel, Escher, Bach aplicándolo al concepto del yo. El autor defiende la tesis de que el yo (la conciencia, el alma...) es una ilusión necesaria, un mito o una alucinación imprescindible, resultado de un complejo perceptivo tan sofisticado, la actividad de nuestro cerebro, que puede contemplarse a sí mismo. Arremete contra el prejuicio cartesiano del alma como «pájaro enjaulado» en un solo cerebro:

un cerebro adulto alberga no sólo el bucle extraño que constituye la identidad de la persona asociada a ese cerebro, sino muchos patrones en forma de extraño bucle que son copias de baja resolución de los bucles extraños primarios que se alojan en otros cerebros"


Ojalá pueda transmitir lo que llegué a captar 'mi pájaro enjaulado' sobre este tema tan crucial en lo que se refiere a una explicación del 'yo'. ¿Qué seguridad se tiene de ser un 'yo'? ¿Qué es más importante 'Ser o Tener'? ¿Qué sucede en el mundo de las alucinaciones si la misma realidad es 'Maia', un tejido, una ilusión? ¿Copias de baja resolución de los bucles extraños primarios que se alojan en otros cerebros?...

martes, 24 de septiembre de 2013

Pussy Riot's Nadezhda Tolokonnikova: Why I have gone on hunger strike


Beginning Monday, 23 September, I am going on hunger strike. This is an extreme method, but I am convinced that it is my only way out of my current situation.

The penal colony administration refuses to hear me. But I, in turn, refuse to back down from my demands. I will not remain silent, resigned to watch as my fellow prisoners collapse under the strain of slavery-like conditions. I demand that the colony administration respect human rights; I demand that the Mordovia camp function in accordance with the law. I demand that we be treated like human beings, not slaves.

It has been a year since I arrived at Penal Colony No 14 in the Mordovian village of Parts. As the prisoner saying goes: "Those who never did time in Mordovia never did time at all." I started hearing about Mordovian prison colonies while I was still being held at Pre-Trial Detention Centre No 6 in Moscow. They have the highest levels of security, the longest workdays, and the most flagrant rights violation. When they send you off to Mordovia, it is as though you're headed to the scaffold. Until the very last moment, they keep hoping: "Perhaps they won't send you to Mordovia after all? Maybe it will blow over?" Nothing blew over, and in the autumn of 2012, I arrived at the camp on the banks of the Partsa River.

Mordovia greeted me with the words of the deputy chief of the penal colony, Lieutenant Colonel Kupriyanov, who is the de facto head administrator of our colony. "You should know that when it comes to politics, I am a Stalinist." Colonel Kulagin, the other head administrator — the colony is run in tandem — called me in for a conversation on my first day here with the objective to force me to confess my guilt. "A misfortune has befallen you. Isn't that so? You've been sentenced to two years in the colony. People usually change their minds when bad things happen to them. If you want to be paroled as soon as possible, you have to confess your guilt. If you don't, you won't get parole." I told him right away that I would only work the 8 hours a day required by the labour code. "The code is one thing — what really matters is fulfilling your quota. If you don't, you work overtime. You should know that we have broken stronger wills than yours!" was Kulagin's response.

My brigade in the sewing shop works 16 to 17 hours a day. From 7.30am to 12.30am. At best, we get four hours of sleep a night. We have a day off once every month and a half. We work almost every Sunday. Prisoners submit petitions to work on weekends "out of [their] own desire". In actuality, there is, of course, no desire to speak of. These petitions are written on the orders of the administration and under pressure from the prisoners that help enforce it.

No one dares to disobey these orders and not submit such petitions regarding entering the work zone on Sunday, which means working until 1 am. Once, a 50-year-old woman asked to go back to the residential zone at 8pm instead of 12.30am so she could go to bed at 10 pm and get eight hours of sleep just once a week. She was feeling ill; she had high blood pressure. In response, they held a unit meeting in order to take the woman down, insult and humiliate her, branding her a parasite. "What, do you think you're the only one who wants more sleep? You need to work harder, you cow!" When someone from the brigade doesn't come to work on doctor's orders, they're bullied as well. "I worked when I had a fever of 40C and it was fine. What are you thinking —who is going to pick up the slack for you?"

My residential unit in the camp greeted me with the words of a fellow prisoner finishing off her nine-year term. "The pigs are scared to touch you themselves. They want to do it with the hands of the inmates." In the colony, the inmates in charge of the brigades as well as their senior members are the ones tasked with depriving fellow inmates' rights, terrorising them, and turning them into speechless slaves — all on the orders of the administration.

For the maintenance of discipline and obedience, there is a widely implemented system of unofficial punishments. Prisoners are forced to "stay in the lokalka [a fenced-off passageway between two areas in the camp] until lights out" (the prisoner is forbidden to go into the barracks — whether it be autumnl or winter. In the second brigade, consisting of the disabled and elderly, there was a woman who ended up getting such bad frostbite after a day in the lokalka they had to amputate her fingers and one of her feet); "lose hygiene privileges" (the prisoner is forbidden to wash themselves or use the bathroom); "lose commissary and tea-room privileges" (the prisoner is forbidden to eat their own food, or drink beverages). It's both funny and frightening when a 40-year-old woman tells you: "Looks like we're being punished today! I wonder whether we're going to be punished tomorrow, too." She can't leave the sewing workshop to pee or get a piece of candy from her purse. It's forbidden.

Thinking only of sleep and a sip of tea, the harassed and dirty prisoner becomes obedient putty in the hands of the administration, which sees us solely as free slave labor. Thus, in June 2013, my salary was 29 (29!) rubles [57p] for the month. Our brigade sews 150 police uniforms per day. Where does the money they get for them go?

The camp has been allocated funding to buy completely new equipment a number of times. However, the administration has limited itself to repainting the sewing machines with the hands of its labourers. We sew using physically and morally exhausted machinery. According to the labour code, when equipment does not correspond with current industry standards, quotas must be lowered in relation to typical trade conventions. But the quotas only rise, and suddenly and miraculously at that. "If you let them see that you can deliver 100 uniforms, they'll raise the minimum to 120!" say veteran machine-runners. And you can't fail to deliver, either, or else your whole unit will be punished, the entire brigade. The punishment will be, for instance, that all of you will be forced to stand in the quad for hours. Without permission to use the bathroom. Without permission to take a sip of water.

Two weeks ago, the production quotas for all colony brigades was arbitrarily increased by 50 units. If previously the minimum had been 100 uniforms per day, now it is 150. According to the labour code, workers must be notified of a change in the production quota no less than two months before it is enforced. At PC-14, we just woke up one day to find we had a new quota because the idea happened to have popped into the heads of the administrators of our "sweatshop" (that's what the prisoners call the colony). The number of people in the brigade decreases (they are released or transferred), but the quota grows. As a result, those left behind have to work harder and harder. The mechanics say that they don't have the parts necessary to repair the machinery and that they will not be getting them. "There are no parts! When will they come? Are you kidding? This is Russia. Why even ask that question?" During my first few months in the work zone, I practically became a mechanic. I taught myself out of necessity. I threw myself at my machine, screwdriver in hand, desperate to fix it. Your hands are pierced with needle-marks and covered in scratches, your blood is all over the work table, but still, you keep sewing. You are a part of the assembly line, and you have to complete your task as well as the experienced sewers. Meanwhile, the damn machine keeps breaking down. Because you're new and there's a deficit, you end up with the worst equipment — the weakest motor on the line. And now it's broken down again, and once again, you run to find the mechanic, who is impossible to find. They yell at you, they berate you for slowing down production. There are no sewing classes at the colony, either. Newbies are unceremoniously sat down in front of their machines and given their assignments.

"If you weren't Tolokonnikova, you would have had the shit kicked out of you a long time ago," say fellow prisoners with close ties to the administration. It's true: others are beaten up. For not being able to keep up. They hit them in the kidneys, in the face. Prisoners themselves deliver these beatings and not a single one of them is done without the approval and full knowledge of the administration. A year ago, before I came here, a gypsy woman in the third unit was beaten to death (the third is the pressure unit where they put prisoners that need to undergo daily beatings). She died in the medical unit of PC-14. The administration was able to cover it up: the official cause of death was a stroke. In another unit, new seamstresses who couldn't keep up were undressed and forced to sew naked. No one dares complain to the administration because all they will do is smile and send the prisoner back into the unit, where the "snitch" will be beaten on the orders of that same administration. For the colony administration, controlled hazing is a convenient method for forcing prisoners into total submission to their systemic abuse of human rights.

A threatening, anxious atmosphere pervades the work zone. Eternally sleep-deprived, overwhelmed by the endless race to fulfill inhumanly large quotas, prisoners are always on the verge of breaking down, screaming at each other, fighting over the smallest things. Just recently, a young woman got stabbed in the head with a pair of scissors because she didn't turn in a pair of pants on time. Another tried to cut her own stomach open with a hacksaw. They stopped her.

Those who found themselves in PC-14 in 2010, the year of smoke and fire, said that while the wildfires were approaching the colony walls, prisoners continued to go to the work zone and fulfill their quotas. Due to the smoke, you couldn't see two metres in front of you, but, covering their faces in wet handkerchiefs, they all went to work nonetheless. Because of the emergency conditions, prisoners weren't taken to the cafeteria for meals. Several women told me that they were so horribly hungry they started writing diaries in order to document the horror of what was happening to them. When the fires were finally put out, camp security thoroughly rooted these diaries out so that none of them would make it to the outside.

The hygienic and residential conditions of the camp are calculated to make the prisoner feel like a filthy animal without any rights. Although there are "hygiene rooms" in the dormitories, there is also "general hygiene room" with a corrective and punitive purpose. This room has a capacity of five; however, all 800 colony prisoners are sent there to wash themselves. We do not have to wash ourselves in the hygiene rooms in our barracks — that would be too easy. In the "general hygiene room", in the eternal press, women with little tubs attempt to wash their "nursemaids" (as they call them in Mordovia) as fast as they can, heaped onto one another. We are allowed to wash our hair once a week. However, even this bathing day gets cancelled. A pump will break or the plumbing will be stopped up. At times, my unit was unable to bathe for two to three weeks.

When the plumbing breaks down, urine splashes and clumps of faeces fly out of the hygiene rooms. We've learned to unclog the pipes ourselves, but our successes are short-lived — they soon get stopped up again. The colony does not have a snake for cleaning out the pipes. We get to do laundry once a week. The laundry is a small room with three faucets pouring weak streams of cold water.

It must also be a corrective measure to only give prisoners stale bread, heavily watered-down milk, exclusively rusted millet and rotten potatoes. This summer, they brought in sacks of slimy, black potatoes in bulk. Then they fed them to us.

The living and working-condition violations at PC-14 are endless. However, my main and most important grievance is bigger than any one of these. It is that the colony administration prevents any complaints or claims regarding conditions at PC-14 from leaving colony walls by the harshest means available. The administration forces people to remain silent. It does not scorn stooping to the very lowest and cruelest means to this end. All of the other problems come from this one — the increased quotas, the 16-hour work day, and so on. The administration feels untouchable; it heedlessly oppresses prisoners with growing severity. I couldn't understand why everyone kept silent until I found myself faced with the avalanche of obstacles that falls on the prisoner who decides to speak out. Complaints simply do not leave the prison. The only chance is to complain through a lawyer or relatives. The administration, petty and vengeful, will meanwhile use all of its mechanisms for putting pressure on the prisoner so she will see that her complaints will not help anyone, but only make thing worse. They use collective punishment: you complain there's no hot water, and they turn it off entirely.

In May 2013, my lawyer Dmitry Dinze filed a complaint about the conditions at PC-14 with the prosecutor's office. The deputy head of the colony, Lieutenant Colonel Kupriyanov, instantly made conditions at the camp unbearable. There was search after search, a flood of reports on all of my acquaintances, the seizure of warm clothes, and threats of seizure of warm footwear. At work, they get revenge with complicated sewing assignments, increased quotas, and fabricated malfunctions. The leaders of the unit next to mine, Lieutenant Colonel Kupriyanov's right hands, openly requested that prisoners interfere with my work output so that I could be sent to the punishment cell for "damaging government property." They also ordered prisoners to provoke a fight with me.

It is possible to tolerate anything as long as it only affects you. But the method of collective punishment is bigger than that. It means that your unit, or even the entire colony, is required to endure your punishment along with you. This includes, worst of all, people you've come to care about. One of my friends was denied parole, for which she had been awaiting seven years, working hard to exceed her work quotas. She was reprimanded for drinking tea with me. That day, Lieutenant Colonel Kupriyanov transferred her to another unit. Another close acquaintance of mine, a very well-educated woman, was thrown into the "stress unit" for daily beatings because she was reading and discussing a Justice Department document with me, entitled: "Regulations for the code of conduct at correctional facilities." They filed reports on everyone who talked to me. It hurt me that people I cared about were forced to suffer. Grinning, Lieutenant Colonel Kupriyanov told me then, "You probably don't have any friends left!" He explained that everything was happening because of Dinze's complaint.

Now I see that I should have gone on hunger strike in May when I was first found myself in this situation. However, the tremendous pressure that the administration had put on my fellow prisoners due to my actions led me to stop the process of filing complaints about the conditions in the colony.

Three weeks ago, on 30 August, I asked Lieutenant Colonel Kupriyanov to grant the prisoners in my work brigade eight hours of sleep. We were discussing decreasing the workday from 16 to 12 hours. "Fine, starting Monday, the brigade will only work for eight hours at a time," he replied. I knew this was another trap because it is physically impossible to fulfill the increased quota in 8 hours. Thus, the brigade will not have time and subsequently face punishment. "If anyone finds out that you're the one behind this, you'll never complain again," the Lieutenant Colonel continued. "After all, there's nothing to complain about in the afterlife." Kupriyanov paused. "And finally, never request things for other people. Only ask for things for yourself. I've been working in the camps for many years, and those who come to me asking for things for other people go directly from my office to the punishment cell. You're the first person this won't happen to."

Over the course of the following weeks, life in my unit and work brigade became impossible. Prisoners with close ties to the administration began egging on the others to get revenge. "You're forbidden to have tea and food, from taking bathroom breaks, and smoking for a week. Now you're always going to be punished unless you start behaving differently with the newbies and especially with Tolokonnikova. Treat them like the old-timers used to treat you. Were you beaten? Of course you were. Did they rip your mouths? They did. Fuck them up. You won't get punished."

Over and over, they attempt to get me to fight one of them, but what's the point of fighting with people who aren't in charge of themselves, who are only acting on the orders of the administration?

Mordovian prisoners are afraid of their own shadows. They are completely terrified. If only yesterday they were well-disposed toward you and begging, "Do something about the 16 hour work day!" after the administration started going after me, they're afraid to even speak to me.

I turned to the administration with a proposal for dealing with the conflict. I asked that they release me from the pressure manufactured by them and enacted by the prisoners they control; that they abolish slave labour at the colony by cutting the length of the workday and decreasing the quotas so that they correspond with the law. The pressure has only increased. Therefore, beginning 23 September, I am going on hunger strike and refusing to participate in colony slave labor. I will do this until the administration starts obeying the law and stops treating incarcerated women like cattle ejected from the realm of justice for the purpose of stoking the production of the sewing industry; until they start treating us like humans.

(Extraído de The Guardian)

domingo, 22 de septiembre de 2013

EL LUTO POR LAS VÍCTIMAS DE ARMAS PORTADAS POR UN ENFERMO DE PARANOIA



El Presidente de Estados Unidos Barack Obama y la Primera Dama Michelle Obama asistieron a los funerales por las víctimas del tiroteo de la Base Naval en Washington. El Presidente Obama cuestionó 'si como americanos nosotros cuidamos en momentos de tragedia. Claramente nosotros cuidamos. Nuestros corazones están rotos una vez más. La pregunta es ¿nosotros cuidamos lo suficiente?' ("whether as Americans we care in moments of tragedy. Clearly we care. Our hearts are broken again. The question is do we care enough?”). Y añadió con contundencia: 'Esto debe obsesionarnos. Esto debe conducirnos a una clase de transformación.' (“It ought to obsess us. It ought to lead to some sort of transformation.").

Recordando aquí a la Senadora Giffords que fue víctima también de las armas portadas por una persona diagnosticada con paranoia, según se relata en "What is Madness ?" del psicoanalista Darian Leader; en este blog nos causa dolor que sucedan hechos tan lamentables como el tiroteo en la Base Naval de Washington, pero no estamos de acuerdo en que se minimice la situación y se le quiera dar un tinte de 'conflicto laboral' o de 'un acto llevado a cabo por un loco' a un problema social que no se debe subestimar: ¿cómo tratar a un enfermo de paranoia o esquizofrenia siendo una sociedad civilizada? Las voces retrógradas quisieran encerrar en el manicomio a quienes sufren estos desajustes mentales, en su mayor parte producidos por una deficiencia en la química cerebral. Claramente si el diagnóstico médico incluye una paranoia o esquizofrenia, la portación de armas para ese ciudadano en particular debe ser prohibida, ya son muchos los casos de 'enfermos' causando tragedias. Pero ahí no debe acabar la responsabilidad del Estado sobre el cuidado de los paranoicos o esquizofrénicos, no se pide una tutela por parte del Estado, que podría ser objeto de abusos como los que sufre Miss Lisbeth Salander en la saga Millenium, sino más bien un control o registro para ubicar al 'enfermo', saber si encuentra tomando su medicación, por lo mismo, si se encuentra laborando o está desempleado, saber si no se encuentra expuesto por la desgracia ha que estado sometido, perder 'la conducción del yo' mina la seguridad y fortaleza construidas por cualquiera, se pierde el trabajo, se puede quedar sin recursos económicos, y tristemente se debe mentalizar que se debe aplicar la medicación de por vida como indique el médico. El autor del tiroteo en la Base Naval de Washington ya había sido diagnosticado por paranoia y sufría trastornos del sueño, por lo que representaba un peligro potencial para las personas que convivían con él, puesto que portaba armas y podía utilizarlas como parte del delirio que construyó su mente enferma. Minimizar la inteligencia de un paranoico o esquizofrénico puede ser terrible, muchas veces se ocultan los sintomas de enfermedad tras el velo del buen comportamiento, pero sí ha sido detectada la paranoia o esquizofrenia se debería poner énfasis en el cuidado de los 'enfermos', como la medicina puede normalizar al 'enfermo' se asume que la persona está apta para volver enfrentarse al mundo, pero quién le restablece su vida a como era antes de la crisis, quién se preocupa si una persona tenía talento y se encuentra ahora sufriendo porque la marginación del enfermo se da ya sea por un estigma hacia la enfermedad, o por encontrarse superando la edad laboral de 35 años, o porque simplemente su vida se trastocó de la comodidad a la lucha por sobrevivir porque siempre había vivido en una fantasía. Lo grave es que la persona paranoica o esquizofrénica puede sufrir una recaída, y la sociedad no debiera permitir ese caso especial en que alguien atrapado por esa enfermedad que puede poner en peligro su propia vida o la vida ajena, ande mendigando como si fuera un espanto porque el peso de su civilización lo condena a sufrir, siempre que el enfermo ataca de nuevo, se quisiera ajusticiarlo con la pena de muerte, pero innegablemente la sociedad ha estado equivocada hasta ahora en el cuidado extremo de seres a los que la mente les ha jugado traicioneramente. Quien salva una vida, salva al mundo entero.

"We have seen time and again that potential can be found in some of the most unlikely places", Michelle Obama en su visita a México.

jueves, 19 de septiembre de 2013

JUGADA MAESTRA



Este México insólito, donde todo puede suceder, ha sido testigo de la reconciliación pública de dos grandes estadistas, que como fundadores de la Corriente Democrática junto a la economista Ifigenia Martínez se opusieron históricamente a la decisión presidencial de elegir al sucesor, enfrentándose el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas al hegemónico PRI en unas elecciones donde la maquinaria operó un fraude que mantuvo en el poder a una desprestigiada clase política. Cárdenas y Muñoz Ledo, dos mentes brillantes, fundaron con el impulso del movimiento de 1988, junto con muchas personas de calidad moral, lo que vino a ser el Partido de la Revolución Democrática. Como la relación entre líderes natos, su posición frente a la forma de llegar al poder, les originó la desavenencia de llevar los caminos por diferentes rutas, tal parecía que nunca se volverían a juntar por una causa pública; pero con la reforma energética, tal como la plantea el gobierno de Peña Nieto, estos dos gigantes políticos mexicanos otra vez junto a Ifigenia Martínez, y otros ilustres personajes de la Izquierda como Alejandro Encinas, Mario Delgado, Manuel Camacho Solís, Miguel Barbosa y Clara Jusidman convocan a una consulta nacional para revocar las reformas del Ejecutivo a los artículos 27 y 28 constitucionales, de ser aprobada la reforma energética.

martes, 10 de septiembre de 2013

EN LA CALLE

Mi ocupación actual es ser maestro en una preparatoria, como no tengo vehículo y ganó un sueldo pequeño, tengo la costumbre de caminar desde mi casa hasta el sitio de trabajo que se encuentra en el centro de la ciudad. Llevó un maletín, en donde llevó mis apuntes y un par de zapatos, ya que utilizó unos tenis para recorrer el trayecto y no gastar los zapatos. Me he dado cuenta, no puedo evitarlo, de las personas que protestan con carpas levantadas por toda la avenida, son personas que ganan un sueldo, pero que se sienten marginadas por la aprobación de lo que se conoce como 'reforma educativa'. Son maestros también, como yo lo soy, pero yo no puedo gritar o protestar que no ganó lo suficiente, ellos están agrupados en un sindicato o coordinadora como se le llame, y tienen la fuerza para presionar al gobierno para no perder sus derechos laborales. Así que todos los días de este mes, han sido ir caminando por la calle y no dejar de observar a los pobres maestros que apuestan su capital para vencer al feroz Estado de la violencia legítima. Hoy ha sido día de rumores, que toman visos de cierto, por lo pronto, mañana entran en suspensión de labores unidades del transporte público, se encuentra cercada la llamada Torre Chiapas donde despachan varias secretarías del Ejecutivo Estatal, se asegura que los zapatistas se unirán a los maestros y se agigantará el movimiento social. Pero lo más preocupante para mí, es que si nuestro sueldo es pagado por hora, si llegase a suspenderse labores por motivos del movimiento social en efervescencia, dejaré de percibir un número indefinido de horas de trabajo, y estaré a expensas de que se solucionen las demandas del movimiento social, pero por lo pronto me veré atrapado circunstancialmente con problemas de falta de recursos económicos. Yo también como maestro, no debería estar sufriendo la bancarrota, pero así es la vida, creo que me divertiré por el momento 'En la Casa'...

EN LA PLAZA COMERCIAL

Hoy me dirigí por la mañana sin pensar en ningún contratiempo a ver la proyección de 'Dans la Maison' por su estreno en mi ciudad. Llegando al centro comercial, me asombré de que había maestros que se proponían cerrar los accesos de entrada a la plaza comercial. Todavía no se ponían de acuerdo sobre qué tipo de acciones llevarían a cabo, por lo que alcancé a comprar mi boleto, y salí por un momento a fumar un cigarrillo. En ese momento, ya se había determinado que los maestros bloquearían las entradas, por fortuna, me di cuenta que no habían cerrado todos los accesos, porque quizá era difícil convencer a los maestros que tenía que ver una película que hablaba sobre las relaciones estrechas entre un maestro y su alumno excepcional. No hubo necesidad de convencer a los maestros que me dejaran entrar a ver mi película, pues ya tenía el boleto comprado, y como iban a no permitirme dejar ver una película que esperaba desde ya hace casi un año. Un acceso estuvo abierto, y no se dio la situación en que tuviera que pedirles a los maestros me dejaran pasar por un simple gesto de respeto a la cultura, creo que hubieran accedido, pero habría radicales como los hay en todas las trincheras, que por nada del mundo me permitirían pasar, porque era decisión de la asamblea no permitir acceso a nadie. Conseguí entonces entrar a la sala de cine, disfruté de la película, celebré haberla visto sin champagne, pero tenía que salir de un lugar clausurado: la plaza comercial estaba muerta, tomada por un grupo de maestros que recostados en las entradas y con la bandera de huelga imponían su ley de no dejar entrar a consumir a los asiduos visitantes de la plaza comercial. Por si tenía problemas con los maestros me indicaron que podía utilizar salidas de emergencia, no hubo necesidad, solo salté sobre unos maestros que dejaban espacio para que salieran los que aún se encontraban dentro de la plaza comercial. Así, un movimiento de reivindicación social se cruzaba con la exhibición del Tour de Cine Francés, creo que fui el único afortunado que pudo ver el estreno de 'Dans la Maison' hoy, no creo que alguien se animará a romper el cerco de los maestros o a pedirles su buena voluntad para que les permitieran entrar al cine. Si los maestros supieran que el detalle de una buena educación, es dejar que los talentos de las personas se fortalezcan, deberían evitar que la población siga ignorante y permitir que la comunicación cultural que trae el Tour de Cine Francés sea atendida por mexicanos que están fastidiados de los pleitos culturales, pero claro también, que desearían romper estas barreras de pobreza que nos separan de los países desarrollados. Hay una buena discusión sobre el tema educativo, en la vida se debe o no promover a los que muestran un potencial excepcional, a los que son sobredotados, a mi parecer si se debería apoyar a quien se le facilita aprender para aprovechar su potencial para mejorar el mundo, se le debe apuntalar en sus capacidades y no en aras de una igualdad hueca tratarlo como si fuera una oveja más, creo que ya se vivió en el comunismo esos férreos dictados de acostumbrarse a la medianía con el costo de la desaparición de los talentos, cortar todas las plantas al mismo nivel equivale a la decisión de la Reina Roja de condenar a la guillotina a quien desobedezca sus órdenes de pintar las rosas blancas de rojo.

EN EL CINE

Como era de esperarse, el estreno de "Dans la Maison" en mi ciudad no tuvo un amplio auditorio, fui el único ser que asistió a la sala de cine, así que la película fue proyectada para mí solamente. No es la única vez que me ha tocado asistir a una sala sin otro público más que con mi presencia, y no es fanfarronería pero me divierten situaciones del film en donde se disfraza al joven escritor perverso admirado por su maestro como Scherezada contándole cuentos al Sultán, no por mantener su vida sino la misma vida de un relato. 'Dans la Maison' es un viaje de un escritor principiante que sirve para dar alegría a un veterano de guerra de las Letras, hay un homenaje a muchos escritores como Gustave Flaubert, ya que la escuela que reúne al joven escritor y a su profesor tiene el nombre del escritor normando. Mencionan una novela de Flaubert en varias ocasiones, que no he leído y ojalá pueda conseguir, se titula 'Un Corazón Simple'. Pero también celebran al genio de los personajes siniestros que es el ruso Dostoievski, y que son la fuente nutricia que el profesor brinda al joven para su desarrollo en las Letras. Hay una advertencia cómoda de que alguien que es dotado para la Literatura puede caer en el error de volverse un criminal, y señalan al asesino de Lennon que llevaba junto a él un ejemplar de "The Catcher in the Rye', que seguramente forzarán al curioso a leer esta novela de un joven que se burla del esquema rígido de un mundo que se le complica. Las referencias a 'La Odisea' no son olvidadas, el gran relato de quien hace soñar a un mundo con un viaje para encontrarse a sí mismo buscando el regreso a su patria perdida, o 'La Ilíada' cuando un Aquiles se decide partir a la expedición por la gloria a Troya. Creo que habría que revisar más a fondo, para encontrar las ideas que transmite Ozon, pero una crítica a la ferocidad del mundo consumista y banal es muy manifiesta...

DANS LA MAISON (El mundo consumista y banal)

"Dans la Maison" no es una comedia, más bien hay un sarcasmo sobre la realidad de mucha gente consumista y banal, pero la trama del film es sobre la frustración de un profesor de Letras por transmitir a un joven la energía para poder ser un escritor, ya que el maestro ha derrochado su vida sin haberse consagrado con una obra personal. Como cualquier ejercicio de buscar la inmortalidad, el profesor olfatea el talento del joven y busca impetuosamente conducirlo para lograr vencer la antipatía de no poder desarrollar una obra en un lugar que se llena de gente que busca comer pizza, que no deja en paz su celular y que se aloca con los deportes. No hay duda de que la maestría de Hitchcock en 'Rear Window' queda manifiesta en el tema del fisgón o mirón, de hecho la última escena de 'Dans la Maison' guiña el ojo a Hitchcock considerándolo el maestro del suspense cuando se hurga en la intimidad de los que viven supuestamente tras paredes privadas... Sí, lo de China como futuro, es parte de la posibilidad futura que tal vez costará aceptar, el mercado que domina es el que más población trabajadora y consumidora tiene, así que aunque todavía no suceda aprender chino será símbolo de poder en el mundo consumista y banal, y por eso la burla a toda esa gente cómoda que tendrá que dejar su Occidente querido para irse a fincar una vida mejor en China...