«La persona afectada de esquizofrenia es víctima de una especie de hipersensibilidad. Su cerebro funciona "demasiado rápido, demasiado fuerte". Parece que las relaciones químicas entre las células son mucho más fuertes y numerosas. De pronto la persona esquizofrénica "percibe" sonidos, imágenes, sensaciones que le cuesta interpretar. Esto le llena de angustia. Y empieza a construir interpretaciones, teorías delirantes que le permiten "justificar" lo que los demás, por fuerza, no perciben.
El uno oye "voces" que le dicen que cometa tal acto; el otro se toma por un personaje célebre que tiene a su cargo una misión importante. Y como las personas cercanas le niegan su "realidad", el enfermo se sume en la paranoia: cree que el mundo está conspirando en su contra y que, por lo tanto, está en peligro.
Aunque a veces cometan actos violentos, el esquizofrénico no es agresivo, simplemente tiene miedo. Pero, desde luego, su comportamiento provoca que sus allegados respondan con reacciones, y esto no hace sino agravar su tensión y sufrimiento.
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