Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces
con mi vanidad o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo
y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario