Valle Inclán en la atrevida novela que se realiza en la sociedad conservadora española de los años veinte, lanza fuertes recriminaciones a los dogmas religiosos.
Sobre Jesús comparándolo con un político idealista:
"Su cabeza tostada de santo campesino erguíase sobre la almohada como en una resurreción, y todo el bulto de su figura exprimíase bajo el sabanil como bajo un sudario"
De la ignorancia, la inocencia o la pureza:
"Siempre la Virgen se les aparece a los pastores"
El Tirano retando a Dios, faltaba más:
"Piensa Dios que cuatro pendejos van a ponerme la ceniza en la frente"
Y todos en el pueblo, le tenían temor (religioso?!) al Niño Santos...
hay que prostenarse al Niño Santos !
Valle-Inclán, una pluma incisiva y vigente en la actualidad.
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