sábado, 24 de julio de 2010

LOS PEQUEÑOS ZAPATOS

Tus pequeños zapatos negros tostados como una jaula
aprisionan tus pies más vivos que los huesos,
dejando ver a través de sus delicadas redes
tus medias coloreadas floridas como un lenguaje.


Ellos tienen el desplazamiento del viento dentro del bosquecillo,
la gracia arremolinada y enjuta de los pantalones,
el aire travieso de la abeja en las puntas de los juncos
o de la langosta en medio de un pastizal.


En vano, ellos son a veces mis familiares seguidores,
por el aspecto y el ruido de tus pequeños zapatos
yo tengo siempre los ojos presos y la oreja conquistada.


Y cuando los malos días me separan de tí,
tu recuerdo les hace sonar detrás de mí
y adornan sobre mi corazón su silueta exquisita.

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