-Quizá debiéramos abandonar ambos la idea de recurrir a la ley. Para un acontecimiento tan poco auspicioso como un juicio, probablemente te dejarías arrastrar por el entusiasmo y aparecerías con tiara y traje de noche. Un juez viejo podría sentirse muy desconcertado. Probablemente nos considerasen a los dos culpables de algún delito inventado.
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