-Cuando pienso en mi querido padre muerto, que aún no se ha enfriado en la tumba -murmuró Ignatius fingiendo enjugarse lágrimas de los ojos.
-El señor Reilly murió hace veinte años.
-Veintiuno -dijo Ignatius muy satisfecho-. ¿Te das cuenta? Has olvidado a tu amado esposo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario