UNA VÍBORA EN NUESTRO PROPIO SENO (La Conjura de los Necios, NOLA)
-¿Escribió usted esto? -preguntó la señora Levy-. Después de todo lo que hice por usted, escribir algo así... ¡Una víbora en nuestro propio seno! Ya puede usted decir adiós a Levy Pants, traidora. ¡Abandonada, quedará usted abandonada!
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