Con pérfido aparato
de amorosa fatiga,
luce su oro en la intriga
y en el ojo del gato.
Poetas, su recato
no pasa de su liga:
Evitad que os consiga
su fácil celibato.
Su dulce Shakespeare canta
su distinción de infanta de naranja;
mas, cuando su alma aduna
con Julieta infelice,
Swear not by the moon, dice:
"No juréis por la Luna"...
(L. Lugones)
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