JUEGOS DE RADIO

La divulgación de información impacta en que se tenga credibilidad en el informante o por otro lado que se quede como Pinocho o el cuento popular ruso de "Pyotr y el lobo" quien siempre avisaba la llegada del lobo para burlarse de los inocentes pastores que siempre se espantaban y se refugiaban del lobo, pero al darse cuenta de que era una mentira inventada optaron por no hacerle caso a Pyotr, que cuando de verdad pidió el socorro de los pastores por la presencia del lobo fue abandonado a su suerte.

La comunicación potencia a través de emisores y receptores mensajes que pueden tener validez o ser absolutamente falsos. En las guerras, siempre se busca la confusión en los mensajes para el adversario pero por otro lado se busca mantener una idea o creencia entre los simpatizantes que los mantenga unidos, aunque sea una mentira. Es muy célebre la frase en que se basaba la propaganda nazi: "Una mentira mil veces repetida... se transforma en verdad". Precisamente llegó la decepción al grupo de nazis cuando perdían la guerra y ellos se sentían refugiados en una mentira que los creía superiores a otras razas.

A través de la radio, en Inglaterra se transmite una radio-novela basada en la obra de H.G. Wells titulada "La Guerra de los Mundos", la gente se llenó de pánico porque no sabía que se trataba de una ficción, y llegó a sentir la narración de la radio-novela como acontecimientos que se sucedían en ese momento en el mundo real por la invasión de extraterrestres. Fue la locura, llegaron a buscar refugiarse ante la amenaza extraterrestre al dar veracidad a lo que recibían de oídas por la radio.

Esto es parte de la narración de "La Guerra de los Mundos" en programa transmitido el 30 de octubre de 1938, que mostraba el poder de los medios de comunicación al inducir en la manera de actuar de la población:

"¡Dios mío, algo está retorciéndose entre las sombras, como una serpiente gris" -dijo, en tono dramático poniendo la voz adecuada- "Ahora es otro, y otro. Parecen tentáculos. No, no puedo ver el cuerpo de la cosa. Es grande como un oso y brilla como el cuero húmedo. Es indescriptible... Los ojos son de color negro y brillan como los de una serpiente. La boca tiene forma de V con la saliva goteando de sus labios sin bordes que parecen temblar... Esta es la experiencia más extraordinaria. No puedo encontrar palabras. Voy a tener que detener la emisión hasta que haya tomado una nueva posición, mi vida corre peligro. Estaré de vuelta en un minuto"

No es la primera vez que en este blog se trata el tema de la persecución, de la paranoia, de la estigmatización, y esto porque es increíble en plena modernidad tener comportamientos medievales en cuanto a tratar de exorcizar lo extraño, tratar de evadir que ningún ser humano es igual a otro y que se deben respetar las diferencias, pensar en la calumnia como método de aniquilamiento fue lo que convirtió al pueblo de Salem en la despiadada cacería de brujas, donde muchos inocentes eran llevados a aceptar culpabilidades falsas ante un jurado que favorecía las acusaciones sin fundamento. En Estados Unidos se da una reedición con el macarthismo donde un informante filtraba listas de quienes suponía atentaban contra la libertad y la democracia de Estados Unidos. Y es que es muy fácil acusar, difamar, poner en contra de las cuerdas a una vida honesta, como expresa el documental mexicano "Presunto culpable", donde siempre buscan acorralar a un culpable cuando solo sería un indiciado, pero lo más grave jurídicamente se trata de comprobar la culpabilidad, en lugar de insistir también en las pruebas de la presunción de inocencia. Ha sido un vicio traído desde la Inquisición del Santo Oficio traer los expedientes de cargos para condenar a quien es diferente, pero así como se dilucida en "La Rosa Blanca" el inocente de hoy puede ser el culpable de mañana, y se entra entonces a que la justicia no se aplicó, pero siempre llega aunque sea cinco minutos tarde.

Eso de ponerse a jugar con la credibilidad de la gente como si fuera ingenua o sin capacidad de juicio, solo conduce a perder la credibilidad y conlleva a no contar con la gente cuando ya se necesita de ella como en "Pyotr y el lobo". Y más vale no jugar con la mentira porque la verdad se impone siempre, el teatro de la mentira se cae al renunciar los actores a seguir representándola, como en el caso de los pastores que ya no le hicieron caso a Pyotr por mentiroso.