Mi ojo alucinado conserva en su memoria
los reflejos de la luna y los vestidos de moaré,
los reflejos de la mar y el de los cirios blancos
que queman para los muertos cerca de los velos temblorosos.
Sí, por mi ojo apasionado de sombra y de rutilancia,
ellos tienen tanto de flexibilidad y tanto de dejadez
sobre su misterioso y arriesgado va y viene,
que después de que ellos pasaron mi mirada se acordaban.
Su fascinación me es dulce y cotidiana:
Amos de la claridad, suspiros de la luz,
ellos impregnan mi arte de su misticismo
y filtran como un sueño en mi espíritu encantado;
y yo amo estos besos del resplandor que ronda,
que ellos me vienen de la ola o bien de la esmeralda
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IL POSTINO
domingo, 25 de julio de 2010
REFLEJOS DE MISTICISMO
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1 comentario:
Muchas gracias por estos poemas. Gran regalo¡
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