La Esperanza es un mirlo blanco
del que nosotros somos el triste obstáculo:
Ella revolotea sobre la herida
y silba al borde del corazón temblando.
Pero su vuelo no es más que una falsa apariencia;
su serenata no es verdadera.
La Esperanza es un mirlo blanco
del que nosotros somos el triste obstáculo.
Y mientras que, rápido o lento,
la Desesperanza es un ave carroñera
cuyo grito seguro nos asusta,
y cuyo pico nos va acribillando,
La Esperanza es un mirlo blanco.
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