Él me desvestía con sus calientes miradas,
y yo sentí venirse abajo toda mi defensa de ropa,
cuando sus ojos tan claros sobre los míos tan despavoridos
derramaban el amor del hombre y el impudor del mono.
Sus miradas me decían: "Que tu virginidad
estremezca de terror y se prepare al martirio;
yo soy el murmurador de la perversidad,
y mi aspecto corrompe, como el abismo atrae.
"Mi pasión que merodea alrededor de tus cabellos
te infunde mis deseos y bombea tus confesiones:
Luego, ¡es fatal! Hace falta que un día yo te posea."
¡Horror!, dijó de verdad: todo mi cuerpo anhelante
obedece de hora en hora al encanto que lo obsesiona,
y yo voy, esta noche, a darme a Satán.
Visitas al sitio
IL POSTINO
jueves, 29 de julio de 2010
VIRGEN CONDENADA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario