Amo tus largos cabellos y tus pálidas manitas,
tus pequeños pies de niña, en las uñas salientes,
tus ojos siempre pensativos y nunca irritados,
tu boca de terciopelo y tus finos dientecillos.
Y además, adoro tu corazón donde, como los aldeanos,
balbucean en ocio tus sueños acompasados;
tu corazón, en los sentimientos densos y matizados,
y tu espíritu que cotillea con todas las notas musicales.
Tu roce me hace estremecer hasta los huesos
y sobre sus miradas llenas de invisibles juncos
tu pupila mística envuelve mi alma:
Luego, ¡tú me tienes todo entero, tú me subyugas! Pero,
¡ contigo, yo no sé y no sabré jamás
que es lo que más amo el Ángel o la Femme !
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IL POSTINO
miércoles, 21 de julio de 2010
A UNA MISTERIOSA, M.R.
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