Lo que de Schátov se proponía denunciarlos lo creyeron siempre todos los nuestros; pero que Piotr Stepánovich jugaba con ellos cual si fueran peones..., también lo creían. Y, además, sabían todos que al día siguiente se hallarían en aquel sitio, y la suerte de Schátov quedaría decidida. Sentían que de pronto habían caído en la tela de una inmensa araña; rabiaban, pero temblaban de susto.
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IL POSTINO
sábado, 11 de mayo de 2013
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