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IL POSTINO

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martes, 7 de mayo de 2013

'LA BÚSQUEDA DE DIOS' (Demonios, Dostoievski)

 - (...) Los pueblos se desplazan y mueven por otra fuerza, imperiosa y dominadora, cuya procedencia nos es desconocida e inexplicada. Esa fuerza es la fuerza de la insaciable ansia de llegar hasta el final, y al mismo tiempo niega el final. Es la fuerza de la continua e incansable afirmación de su existir y la negación de la muerte. El alma de la vida, como dicen las Escrituras; la "corriente de las aguas vivas", con la desecación de las cuales nos amenaza tanto el Apocalipsis. El principio estético según dicen los filósofos; el principio moral, como también lo llaman. "La búsqueda de Dios" como yo suelo denominarla. La finalidad de todo movimiento de un pueblo, en toda nación y en todo período de su vida, es únicamente la búsqueda de su dios, indefectiblemente suyo, y la fe en él como en el único verdadero Dios es la personalidad sintética de todo el pueblo, tomado desde el principio hasta el fin. (...)

- No pienso que no las haya cambiado -observó Stavroguin con cautela-. Usted las acogió apasionadamente, y apasionadamente las ha alterado, sin advertirlo. Basta ese detalle de que usted rebaja a Dios a la categoría de un simple atributo de la nacionalidad...

Con tensa y especial atención, empezó de pronto a seguir a Schátov, y no sólo sus palabras, sino a él mismo.

 - ¿Que yo reduzco a Dios a la categoría de atributo de la nacionalidad? -exclamó Schátov-. Por el contrario, elevo la nacionalidad hasta Dios. Pero ¿ha sido alguna vez de otro modo? El pueblo... es el cuerpo de Dios. Toda nación sólo se conserva como tal nación mientras tiene su dios propio, y a todos los demás dioses del mundo los excluye, sin excepción alguna, mientras cree que con su dios ha de vencer y echar del mundo a todos los demás dioses. Así han creído todas, desde el principio de los tiempos;  todas las grandes naciones, por lo menos; todas las que por algo han descollado; todas las que se han puesto a la cabeza de la Humanidad. Contra los hechos es imposible arremeter. Los hebreos vivieron únicamente para aguardar al Dios verdadero y dejarle al mundo este Dios verdadero. Los griegos divinizaron la Naturaleza y legaron al mundo su religión; es decir, la filosofía y el arte. Roma divinizó la nación en el imperio, y dejó a las naciones el imperio. Francia, en el curso de toda su larga historia, fue solamente la encarnación y desarrollo de la idea del dios romano, y cayó en el ateísmo, que ellos llaman socialismo, sólo porque el ateísmo es, a pesar de todo, mejor que el catolicismo romano. Cuando una gran nación no cree que ella sola posee la verdad (en ella sola y en ella exclusivamente), si no cree que es la única capacitada y predestinada para resucitar y salvar a todas por medio de su verdad, en seguida se convierte en un material etnográfico, pero deja de ser una gran nación (...) 

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