"Ahí tienes, pues, un pedazo de lo que se llama destino personal, y que va a desembocar en algo que sorprende por su impersonalidad"
"-Lo que hoy se llama todavía destino personal es desplazado por procesos colectivos y, en definitiva, abarcables estadísticamente- repitió Ulrich."
"Con estas palabras, Ulrich describió a su hermana lo que tal vez fuera consecuencia de un estado de ánimo sin meta ni ambición, o consecuencia de una mengua de la ilusión de la propia personalidad, aunque quizás no fuera otra cosa que el 'mito primigenio de los dioses', el 'rostro doble de la naturaleza', la 'visión que da' y la 'que recibe', tras la que él corría como un cazador."
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