"La primera persona de Belicoso que contactó contigo, te dijo lo siguiente: 'No te preocupes, pero estamos pensando en lo que más conviene para que tú no te sientas presionado, y hemos decidido que sin excusa, te invitamos a que nos acompañes a Belicoso, donde podrás platicar con nosotros de manera física, y te aseguro que te iremos ganando más confianza, para que por fin te decidas a integrarte al mundo que hemos logrado, sólo que no podrás ir con tu esposa y que necesariamente tenemos que inventar que has sufrido un accidente que te ha causado la muerte, para que con ello quizá logramos motivar errores en los grupos subversivos que pueden dañar al monolito.'
Como que no podías creer lo que escuchabas, pero tenías una convicción firme y arraigada, la tentación se te ponía a tu elección, ¿te decidirías a abandonar a tu familia? No, francamente no era ese el problema, ¿estarías dispuesto a violar tus principios que se mantenían firmes con respecto a tu odio al monolito? No sabías cómo reaccionar ante semejante cambio en tu vida, serías 'secuestrado' para vivir en Belicoso con todas esas personas que te seducían por su conversación, y mandarías al bote de la basura tu pasado, tus principios y tu odio al monolito.
Pero dejaste en claro tu dignidad, con el debido respeto que le tenías a esas personas de Belicoso no podías abandonar a tu familia, y tu vida si se apreciaba de serlo tenía que desarrollarse en este país con su monolito o sin él. Y no podías considerar que tú obrarás fuera de lo que te marca tu conciencia, que valorando una vida cómoda en Belicoso no tendría mayor inconveniente, pero no estabas de acuerdo en que te corrompieras como un niño al que le acercan un caramelo y lo toma pero por su inocencia, mencionabas que la dignidad era un atributo de un ser,
De pronto te decía uno de los individuos de Belicoso: 'Percibimos que usted no ha crecido, las ilusiones no se logran con la oposición, si usted pensaba que dañando al monolito contribuía al mundo apacible que se goza, crea y con mucha seriedad se lo digo, que su participación no era necesaria, si alguien le ofrece placer y usted se niega a aceptarlo, lo que se nota es una actitud masoquista, y si para usted era importante contribuir en eliminarse obstáculos para una vida feliz, no sea infantil y acepte su boleto al cielo, eso por lo que soñaba se lo estamos haciendo realidad, ahora vivirá en Belicoso.'
Como no queriendo aceptar lo que te proponían, les dijiste: 'Me voy con ustedes porque no tengo alternativa, ya me volví peligroso en mi país, y espero pasar una vida tranquila en el país de Belicoso, pero les vuelvo a manifestar que no estoy de acuerdo en que mantengan al monolito que ha succionado parte de mi existencia, al imponerme arbitrariamente un modo de vida esclavitud e hipocresía, la vida de este país se ve limitada por el culto al monolito sanguinario que sigue absorbiendo la vitalidad rompiendo cualquier posibilidad de consecución de una existencia digna. Tendré que despedirme de mi familia, así que supongo que ustedes pasaran a recogerme para llevarme al aeropuerto.'
Un habitante de Belicoso manifestó: Espérenos afuera de su casa con sus maletas listas, pasamos por usted a las 9 de la noche. Deseamos ya se haya despedido de su familia, y se encuentre con mayor disposición para su nueva vida, en un nuevo mundo.'"
-fragmento de "El Malestar Extraterrestre (¿Cómo Librarse del Monolito?)"-
-fragmento de "El Malestar Extraterrestre (¿Cómo Librarse del Monolito?)"-
¡Qué trágica la vida que plantea Julian Barnes en "The Noise of Time" de la tiranía que sufrieron los que deseaban un poco de libertad tras La Cortina de Hierro!
Pero creo que el sentimiento más puro de una persecución permanente que nunca se materializa es la paranoia, la pérdida del "yo" que se somete a la voluntad de quienes podrían dañarte, pero te mantienen aterrado de miedo porque así les conviene. Y en fin, no hay nada que inventar, todo se vuelve un 'déjâ vu' hasta para los perseguidores llenos de hastío, por lo que el único intento de libertad para cualquiera es "apostar" o "el silencio", aunque "el silencio" es una elección dentro del juego, y "apostar" puede ser la llave mágica para que el mundo se ponga irónicamente divertido, como dice la canadiense Alanis Morissette, totalmente "Ironic":
"Por tu mensaje pasó la solución, lo mejor era decirle que te comisionaban a un viaje por parte del trabajo, y que un compañero pasaría por ti para llevarte al aeropuerto, así que mentiste para no romper el corazón de tu adorada esposa, y un poco antes de las 9 de la noche, te encontrabas con tus maletas en plena calle, dieron las 9 en punto, y como en el cuento de la Cenicienta todo se esfumaba, porque pasaron 30 minutos y tu esposa ya se preocupaba de que te mantenías esperando con tus maletas en la calle, tú le decías: 'Han quedado de venir por mí, y no rehúyen los compromisos.'
Y tu esposa te decía: 'Pasa nos tomamos un café, y cuando llegue tu compañero tocará el timbre, para mí es muy triste que te quedes desairado en plena calle, seguramente ya hasta perdieron su vuelo de avión.'
Le dijiste cariñosamente a tu esposa: 'Esperaré por media hora más, y si no llegase te acepto el café que amorosamente gustas prepararme.'
Y así, te quedaste pasmado y después de una hora de retraso, ningún vehículo se acercaba para llevarte al aeropuerto o al país de Nunca Jamás, y hasta los habitantes de Belicoso realizaban engaño, y su palabra quedaba sin credibilidad.
Por fin, entraste a tu casa con tus maletas, tu esposa observaba que eran muchas maletas para un viaje de trabajo que generalmente duraban de 3 a 5 días, y tiernamente te dijo: 'Querido, parece que te llevaste toda tu ropa en esas maletas, (... y sonreía), creo que pensabas mudarte con tu amante', y tiernamente te guiñó un ojo, se dirigió a la cocina por el café, y se encontraban ya en su mesa dispuestos para tomar el café. Ella sólo te miraba, y no te cuestionó sobre tu viaje, sólo sonreía con ternura. Cuando subió a su cuarto antes que tú, notó que habías empaquetado toda tu ropa, y curioseando por tu buró, encontró que habías dejado una cajita de chocolates, y observó que dentro habías dejado el medicamento que te recetó el Doctor Psiquiatra, y que nunca empezaste a tomarte las píldoras. Tu esposa se durmió apaciblemente y no te hizo comentario alguno sobre tu ropa o sobre tu medicamento. Mientras intentabas contactar con los individuos de Belicoso que te habían defraudado, y como respuesta te decían: 'Mañana sabrás quienes somos realmente, y lo que queremos realmente de ti", por lo visto dejaban de ser los del Servicio Secreto, y si no eran habitantes de Belicoso, ¿Quiénes eran los que te estaban engañando y jugando una mala pasada?, por lo pronto la única respuesta que recibías era: 'Mañana sabrás...'
Fuiste a tu trabajo para volver a encontrarte con que todavía se encontraban indispuestos tus captores, y te decían: 'Esta noche sabrás...'. Por lo pronto, en la tarde salías con tu esposa hacia el consultorio del Doctor Psiquiatra, y tu esposa pidió hablar con el Doctor a solas, luego entraste tú y le comentaste al Doctor que te habías sentido muy bien con el medicamento. El Doctor se dirigió a ti: "En esta parte del tratamiento el medicamento le será dado directamente por su esposa, y ya no haga viajes largos más que en vacaciones y no haga tantas maletas', y se sonrió.
Te pidió ahora el Doctor Psiquiatra que le permitieras hablar con tu esposa, y sabemos que le previno realizar una estrecha vigilancia sobre tu comportamiento, y que te observará si te encontrabas en actitud para cumplir con actividades que requirieran concentración tuya, porque según le explicaba a tu esposa, podías estar recreando escenarios ficticios, y esto podía complicarte tu escenario real.
En casa con tu esposa, te preparó una cena exquisita, y te dijo que te quería mucho, y que le gustaría que la obedecieras cuando te daría la píldora que tenías que tomarte para corregir tu malestar. Simplemente, tú estabas preocupado por los eventos que se presentarían esta noche, y asentías que como tu esposa indicara, pero que no te interrumpiera porque la sorpresa te invadía, querías saber por fin quiénes eran los que establecían comunicación contigo, y por fin, te retiraste a tu sillón y te fue instruido lo siguiente: 'Cuando tu mujer esté dormida, sal a tu patio y mira al Cielo, y te iremos explicando sobre nosotros.'"
-fragmento de "El Malestar Extraterrestre (¿Cómo Librarse del Monolito?)"-
Y tu esposa te decía: 'Pasa nos tomamos un café, y cuando llegue tu compañero tocará el timbre, para mí es muy triste que te quedes desairado en plena calle, seguramente ya hasta perdieron su vuelo de avión.'
Le dijiste cariñosamente a tu esposa: 'Esperaré por media hora más, y si no llegase te acepto el café que amorosamente gustas prepararme.'
Y así, te quedaste pasmado y después de una hora de retraso, ningún vehículo se acercaba para llevarte al aeropuerto o al país de Nunca Jamás, y hasta los habitantes de Belicoso realizaban engaño, y su palabra quedaba sin credibilidad.
Por fin, entraste a tu casa con tus maletas, tu esposa observaba que eran muchas maletas para un viaje de trabajo que generalmente duraban de 3 a 5 días, y tiernamente te dijo: 'Querido, parece que te llevaste toda tu ropa en esas maletas, (... y sonreía), creo que pensabas mudarte con tu amante', y tiernamente te guiñó un ojo, se dirigió a la cocina por el café, y se encontraban ya en su mesa dispuestos para tomar el café. Ella sólo te miraba, y no te cuestionó sobre tu viaje, sólo sonreía con ternura. Cuando subió a su cuarto antes que tú, notó que habías empaquetado toda tu ropa, y curioseando por tu buró, encontró que habías dejado una cajita de chocolates, y observó que dentro habías dejado el medicamento que te recetó el Doctor Psiquiatra, y que nunca empezaste a tomarte las píldoras. Tu esposa se durmió apaciblemente y no te hizo comentario alguno sobre tu ropa o sobre tu medicamento. Mientras intentabas contactar con los individuos de Belicoso que te habían defraudado, y como respuesta te decían: 'Mañana sabrás quienes somos realmente, y lo que queremos realmente de ti", por lo visto dejaban de ser los del Servicio Secreto, y si no eran habitantes de Belicoso, ¿Quiénes eran los que te estaban engañando y jugando una mala pasada?, por lo pronto la única respuesta que recibías era: 'Mañana sabrás...'
Fuiste a tu trabajo para volver a encontrarte con que todavía se encontraban indispuestos tus captores, y te decían: 'Esta noche sabrás...'. Por lo pronto, en la tarde salías con tu esposa hacia el consultorio del Doctor Psiquiatra, y tu esposa pidió hablar con el Doctor a solas, luego entraste tú y le comentaste al Doctor que te habías sentido muy bien con el medicamento. El Doctor se dirigió a ti: "En esta parte del tratamiento el medicamento le será dado directamente por su esposa, y ya no haga viajes largos más que en vacaciones y no haga tantas maletas', y se sonrió.
Te pidió ahora el Doctor Psiquiatra que le permitieras hablar con tu esposa, y sabemos que le previno realizar una estrecha vigilancia sobre tu comportamiento, y que te observará si te encontrabas en actitud para cumplir con actividades que requirieran concentración tuya, porque según le explicaba a tu esposa, podías estar recreando escenarios ficticios, y esto podía complicarte tu escenario real.
En casa con tu esposa, te preparó una cena exquisita, y te dijo que te quería mucho, y que le gustaría que la obedecieras cuando te daría la píldora que tenías que tomarte para corregir tu malestar. Simplemente, tú estabas preocupado por los eventos que se presentarían esta noche, y asentías que como tu esposa indicara, pero que no te interrumpiera porque la sorpresa te invadía, querías saber por fin quiénes eran los que establecían comunicación contigo, y por fin, te retiraste a tu sillón y te fue instruido lo siguiente: 'Cuando tu mujer esté dormida, sal a tu patio y mira al Cielo, y te iremos explicando sobre nosotros.'"
-fragmento de "El Malestar Extraterrestre (¿Cómo Librarse del Monolito?)"-
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