Variante francesa para Natividad.
"La única libertad es apostar"
Our hearts have not even been engaged—nor, for that matter, have our ears! We've been much more like someone divinely distracted and self-absorbed into whose ear the clock has just pealed the twelve strokes of noon with all its force and who all at once wakes up and asks himself "What exactly did that clock strike?"—so we rub ourselves behind the ears afterwards and ask, totally surprised and embarrassed "What have we really just experienced? And more: "Who are we really?"
(On Genealogy of Morals, Nietzche)
En lo que se refiere, por lo demás, a la vida, a las denominadas «vivencias», – ¿quién de nosotros tiene siquiera suficiente seriedad para ellas? ¿O suficiente tiempo? Me temo que en tales asuntos jamás hemos prestado bien atención «al asunto»: ocurre precisamente que no tenemos allí nuestro corazón -¡y ni siquiera nuestro oído! Antes bien, así como un hombre divinamente distraído y absorto a quien el reloj acaba de atronarle fuertemente los oídos con sus doce campanadas del mediodía, se desvela de golpe y se pregunta «¿qué es lo que en realidad ha sonado ahí?», así también nosotros nos frotamos a veces las orejas después de ocurridas las cosas y preguntamos, sorprendidos del todo, perplejos del todo, «¿qué es lo que en realidad hemos vivido ahí?», más aún, «¿quiénes somos nosotros en realidad?»
No hay comentarios:
Publicar un comentario