"Antonio tiene necesidad de creerla, de vivir una novela"
"Es el placer que llega, su hora voluptuosa un capítulo de su novela"
"¿Es su ánima la de un hombre o la de toda la gavilla de averiados adoradores de Dulcinea... que lapidan en las tardes las estatuas por sus propias manos modeladas en la mañana?"
"La realidad, brutal, habíale quebrado las alas a su fantasía"
"A cada instante las visiones impresas en sus pupilas violan su fe"
Antonio tuvo la sensación angustiosa cuando niño al zambullirse en el río por primera vez, haberse extraviado en la sabana, cuando comienza sus clases en el convento.
Cierto día su maestro idolatrado le pilló aceptando una dádiva.
"Ningún castigo le dolió tanto.
Lloró con ira aquella debilidad,
que le rebajaba ante su modelo"
Recuerda que un Miércoles de Ceniza pensó en su maestro preso de la dictadura de Lilís, que le reprochaba su debilidad.
Lilís refiriéndose al maestro de Antonio: "Malo, malo, negro que sabe latín se vuelve loco".
Antonio era un candidato perpetuo a la cárcel y que haría desgraciada a su futura esposa Luisa por la política.
Antonio y Luisa tuvieron un niño que "no anda, ni siquiera gatea y si le obligan a hacer pinitos, las piernecitas se doblan". Unos años después una niña les nació muerta.
Antonio y Luisa no eran una comunidad, el hijo débil les separa.
"Los que asesinan y roban al país, poseen el contento en el hogar y se recrean con los hijos sanos y el suyo se arrastra por los ladrillos húmedos del piso o se agita con movimientos de arácnido"
El diablo tenta a San Antonio:
"claudica, arroja lejos de ti el pasado infecundo, demuele la obra hecha, que no produce pan y salud"
Sobre su hijo débil: "Es la pesadilla que lo abruma. De esa tiranía nadie le libertará, ni poder ni riquezas"
El hijo de Antonio provoca la vergüenza de ser un parásito, un discapacitado, "un pelele desmadejado".
Tal es la fascinación de Antonio que se llega a enamorar de una actriz de quien dicen "Pero si es una gran tísica" y quien tiene la desgracia de tener un padre anciano y un hijo paralítico. Se cree el galán de la Dama de las Camelias, y por eso es infiel.
Antonio "cierra los ojos para no ver resbalar a su hijo".
El hijo discapacitado "trepánale días y noches como un íncubo".
Las de su hijo, "siluetas extrañas, bufas, que harán reír". Antonio dice: "Esas risas me flagelarán hasta debajo de la tierra".
"La existencia es la más dura condena".
"todavía... otro día más"
"Así iguales, sucediéronse los días medidos por el toque de las alegres campanas"
"Si todo fue magnífico, hecho adrede para que él no lo olvidara"
"El tan doloroso empeño de su vida",
el liberar a su patria de la opresión,
el dejar su semilla, su descendencia fuerte
para transformar sus sueños en el paraíso anhelado
"¿habría sido estéril e infecundo
todo grano sembrado en este barro?"
"¿Sus ideas habrán de secarse
sin el goce del alumbramiento?"
"¿Quién pues el caudillo mesiánico?"
"¿Quién sería capaz de la hazaña libertadora?"
"¿En dónde está el héroe que matando y tal vez muriendo, redima?
"¡ Quién sabe !"
Antonio se enfrasca en sus planes de sanear, libertar, restaurar el país.
Pero hay diferencias en el modo de actuar:
* Arturo Aybar, elegante el traje, salud, la pupila viva, las manos cuidadas, se pliega a Estados Unidos: "el baseball da músculos y enseña a los jóvenes a pensar y ejecutar con ardimiento, y eso es lo que necesitamos, audacia y energía, no los espasmos de violencia que son nuestras revoluciones"
* Antonio, preso por su atrevida e inflamable palabra, con palidez de convaleciente, facciones demacradas.
Cuando Antonio se anima a la acción política, dejando su pluma a un lado, le sucede lo que no quería, error tras error lo llevan a frustrar su tentativa de lograr la posición de poder. Así regresa a casa sin ningún laurel de triunfo:
"Antonio, las riendas en el cuello de la bestia, recalado, anduvo, anduvo, y como un espectro, entró en la ciudad silenciosa".
¡ Qué diferencia con la imagen que enfoca un réporter de Le Figaro de París con su Kodak:
"un general, cual un centauro"
"tendido sobre el cuello del córcel,
el révolver en la diestra,
disparando, fusilado por sus perseguidores
desde la esquina de Gobernación".
Pero Antonio es visto desde la cárcel,
y él sólo puede pensar que la prisión dominicana
llamada El Homenaje,
no sea en lo adelante el domicilio de los dominicanos
que piensen en voz alta contra el gobierno.
"¡ La Reclusión pesábale !"
Como un preso sólo cabía esperar que:
"tales aves de paso, arrojaban una semilla al azar,
dibujaban en su memoria perfiles que al discurrir de los días
les hacían reír o añorar"
Sobre el encierro en El Homenaje:
"¡ Entre estos muros siniestros, en este ambiente mefítico,
había vivido lo florido de su juventud,
enterrando sueños de gloria y de amor !"
Pero aún a los caudillos ocurríales la nube negra del fracaso y la masa se desencantaba: "el fracaso conmueve al caudillo, al inferior" que ninguna voluntad contiene y deserta, o cuenta el desastre que se contagia a los seguidores del movimiento.
Tal es la magnitud del fracaso para la patria
en conseguir su aspiración de libertad que
"la bandera desciende del asta,
lenta, zigzagueante,
azul, blanca, roja...
tal una ala rota".
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lunes, 12 de octubre de 2009
QUIJOTE LATINOAMERICANO: EL FRACASO DE LA DEBILIDAD
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