Es en el reino de este mundo donde los seres humanos debemos apostar por mejorar nuestro propio proceso mental, ¡qué inútil sería todo si nos vamos sin confundirnos, sin sufrimiento! ¡qué vanidosos serían los humanos que consideran saber todo y que su creencia es imbatible! En la maravillosa Odisea del pequeño Ti-Noel de pronto arrastrado por los sucesos históricos, y que no se explica el por qué las condiciones de facto no cambian, es decir sale un gobierno represor blanco y entra un gobierno represor negro, y luego él no se explica que luego gobiernen los mulatos o las castas, pero no hay más que comprender que debe haber oposición, el disfraz de esquivar, huir, aparte de que no rompe con el poder, lo deja fortalecido.
Cuando Ti-Noel se quiere volver ganso e integrarse a ese grupo aristocrático, los gansos nunca lo ven con buenos ojos, y lo quieren apartar, excluir, al sentir a un extraño lo picotean. Lo mismo, pudieramos indicar de cuando llegan los blancos a las tierras americanas, sólo que los nativos los halagan en lugar de recibirlos a picotazos, ya que creían que eran dioses puesto que venían del mar y eran barbados. Y así mismo, un americano como Solimán paseando en Roma, cree que una escultura de la Venus de Milo representa a su adorada Paulina Bonaparte, y toca la escultura y siente sus formas perfectas, y son sólidas, está muerta. Solimán es preso del miedo que le provoca palpar lo rígido, lo eterno, que como fantasma es insensible, permanece yerto. Pero además cuando quieren apresar a Solimán los entes con bicornio, él se imagina perseguido por reencarnaciones de Henri Christophe (un rey que se creyó Napoleón).
Cuando Ti-Noel empieza a comprender que lo nefasto viene por voluntad divina, deja de rezar y se pone en guardia, a pesar de las contrariedades que trae el destino, él se yergue y lo confronta, aunque sea arrasado, de pronto se ilumina y sabe que si se refugia en lo metafísico olvidará a sus congéneres, y siente que olvidara su misión: cambio radical de las nefastas condiciones de explotación.
Pero Ti-Noel sin querer ha jugado agresivo, se ha montado en tres tomos de La Enciclopedia para comer cañas de azúcar, y esto visto, desde ojos extraños puede ser irreverente, pero sólo va asimilando cómo usar los objetos que posee y que fueron abandonados por los blancos.
Antes de dormir, cuando en un plano civilizado, el patrón y su esposa discutían, Ti-Noel se entretenía con la sierva de la cocina, y pues tuvo más de diez hijos. Aquí se dan los contrarios, las convenciones sociales que permiten condiciones injustas como la falta de libertad, el ahogamiento, aburrimiento, rutinización de los hábitos nos lleva a gente que se fastidia. Para Ti-Noel muchas de sus vivencias son cargadas con sorpresa, él espera sucesos, no va por ellos, él nunca deja de salir de su asombro, hasta que se da cuenta que ha sido burlado, nunca cambia nada, siempre habrá alguien que domine y busque la explotación de los otros.
Ti-Noel mismo se autonombra emperador, se sienta en un trono improvisado, y desde ahí dirige las fiestas en su honor, pero unos agrimensores llegan a perturbarle su mundo de fantasía, y le espetan que las tierras se tienen que trabajar, que así lo ordena la autoridad, se acabó el periodo donde Ti-Noel podía disfrutar de holgazanear, un poder lo conminaba para más trabajo.
Borracho Ti-Noel cantaba esa canción de groserías al rey... pero a pesar de su desconcierto pudo llegar a concluir que el humano "padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada".
Ti-Noel presupone que "en el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite."
Ti-Noel ha llegado a sentir que aunque "agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo."
Pero al final, de nada queda huella, tanto Ti-Noel como los tres tomos de la Enciclopedia, desaparecían por las fuerzas de la Naturaleza y el transcurrir del Tiempo.
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lunes, 26 de octubre de 2009
LIBERANDO LAS CADENAS MENTALES
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