Un pensamiento que no se dirige a las zonas claras de la conciencia. Por el contrario, va en busca de lo emigrado, de lo que ha tenido que ser exiliado cruzando el umbral de lo irracional, de lo ilegal: el delirio.
'Delira el herido una y otra vez golpeado, el avasallado y aquél que largamente padeció sin respiro. Si una base fisiológica hubiera que buscarse al delirar, sería la respiración, inicio de la vida, señal última y primera de la vida (...) soplo que sigue un ritmo (...) El respirar se da entre un lleno y un vacío, físico, el vacío de la vida que necesita de lleno y de vacío (...) Lleno y vacío se separan y al par se unifican, que tal logra el trascender (...) Y si el lleno prevalece, es la vida no nacida que retiene; no poder desprenderse, no poder nacer. Y si el vacío es estar fuera de la vida, sin entrar en la muerte. Fuera de la vida sin estar dentro de nada. A las puertas de la muerte (...) Delira el que está afuera (...) afuera de la vida humana fuera del tiempo (...) Se delira también, en una densa, compacta atemporalidad, como sucede en los sueños.'
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IL POSTINO
viernes, 27 de diciembre de 2013
CRUZANDO EL UMBRAL DE LO IRRACIONAL
Etiquetas:
JULIETA LIZAOLA,
MARÍA ZAMBRANO
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