Es importante entender cómo cualquier tipo de despertar sufre un proceso de oposición: el yo, sabiéndose vulnerable, actúa a modo de un soberano implacable, defendiendo su reino -el de la razón y el de las leyes y los hábitos- erigiendo murallas contra el espacio exterior extraconsciente. Al soberano le aterra la idea de ver tambalearse lo que ha establecido. Mas el yo-soberano es vulnerable, a pesar de sus defensas algo logra atravesarlas, algo que al hacerlo modifica a la persona y le posibilita la búsqueda de una salida de la forma sueño donde ya no puede seguir viviendo.
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IL POSTINO
jueves, 26 de diciembre de 2013
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