¿Qué hago?, pensaba. ¿Llamo o no llamo? No; me presento sin más, toco el timbre y digo nena, tu sueño se ha hecho realidad, del lecho marino a tu lecho, hace falta algo más que una catástrofe aérea para mantenerme lejos de tí.
"QUE HUBIERAS DESARROLLADO,
EN FIN,
PODERES"
EL YO DERIVADO DE SU CEREBRO FRENÉTICO
QUE NO SE DERIVA DE LA HISTORIA Y DE LA SANGRE.
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