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IL POSTINO

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domingo, 1 de noviembre de 2009

EL MAESTRO Y EL PERRO

Luisito Rosales, sabiendo que su hermano es asesinado y que la culpa es echada al gobierno que encabeza Bocanegra, se mete al ruedo y acepta con abyección el cargo de Ministro de Instrucción Pública.

De Luisito Rosales se dice que aunque "sumido en nuestro trópico, se sentía siempre docteur 'es lettres por la Sorbona; y eso es grave"

Por ello, cuando Luisito fue cuestionado por qué acepta el cargo, respondía: "y ¿acaso es malo aceptar la realidad?"

Es el magnífico Luisito quien tomará la educación de Tadeo, el joven sacado de la pobreza, que se convertirá en Secretario Particular del Presidente Bocanegra.

Para todos, Luisito Rosales es un enigma viviente, se sabe que obedece al régimen pero no se sabe por qué, las motivaciones más directas podrían ser cuidar de sus hijos y conservar sus propiedades, pero desde luego el punto central es que es un maestro, y aunque se encuentre más desarrollado que los incultos que lo rodean, apuesta su vida y su energía a educar, a cambiar la mente de los incultos, y transformarlos en algo útil, civilizarlos, pues.

Tadeo es zafio, es menos dotado, tiene una audacia loca, es un infeliz palurdo, su fuerza era demoniaca, una mirada que volatiliza, vacía, disipa, corrompe, destruye, pareciera que con rayos X viera la calavera bajo la carne, y con ello la absurda danza de esqueletos.

Cuando en un desfile de Independencia, se baja Luisito a darle una patada a un perro entrometido que estaba saboteando la ejecución del Himno Nacional a cargo de la Banda de Guerra, muchos se molestaron de la actitud cerrada de Luisito, pero alguien tenía que callar al perro que desentonaba con la música.

Se le ocurre a Luisito amaestrar a un perro para que cante-ladre el Himno Nacional, pero se atreve comentarlo al Secretario Particular, quien ya de por sí tenía envidia a Luisito Rosales por ser como un extraterrestre que no tenía lo que se llama el gusto de "la mayoría", es decir, conversaciones fáciles de entender o suponer, sino que siempre dejaba en sus pláticas ese tufo a sabiduría donde los demás no entendían lo que él les quería explicar, por lo que era insoportable para sus alumnos, así pues encontró a un perro que le seguía la corriente, y le enseñó el canto-ladrido del Himno Nacional.

¿Cuál fue la intención del Ministro de Instrucción Pública al querer regalar un perro que canta-ladra el Himno Nacional al mismísimo Presidente Bocanegra? Quiere decir que si Luisito Rosales patea el perro que estropea el Himno Nacional también puede enseñar a un perro que cante-ladre el Himno Nacional, y que en tono de superioridad sólo Luisito Rosales puede lograr lo inaudito, es decir que un perro le obedezca, para Luisito es un logro científico, se siente entusiasmado, ha dominado el arte de amaestrar perros, pero para Tadeo el Secretario Particular la actitud de Luisito Rosales raya en la locura, ¿perder su tiempo enseñando a un perro? ¿un perro puede llegar a ser educado? El Secretario Particular le pide a Luisito que le deje el perro, quiere comprobar si es cierto que canta-ladra muy bonito, pero el perro no le hace caso a Tadeo, ya que él no es un maestro y el perro no fue entrenado por él, Tadeo decide colgar al perro de un gancho, no soporta esa indiferencia del perro a sus ruegos para que cante-ladre, queda mejor callado y colgado. ¿Qué hubiera sucedido si Luisito hubiera dejado sólo al perro con el Presidente Bocanegra, y el perro se refugia en su incapacidad? Un rencor llevaría a que el ahorcado fuera Luisito, por querer mostrar su superioridad de que sólo con él su perro canta-ladra. No podemos argüir que fue lo que pasó por la mente de Luisito cuando encontró a su perro con habilidades extraordinarias de cantar-ladrar el Himno Nacional bien colgado de un gancho, pero es posible que "El maestro de perros se ve él mismo en condición canina", y esto lo lleva al suicidio, de ser una persona con habilidades extraordinarias, a ponerse la soga él mismo, porque no hay nadie que lo ayude más que él mismo, porque debe aplicarse el castigo de morir por ser frustado de no quedar en evidencia ante el propio Presidente, sino que su plan de enfadar al Presidente mostrándole un perro con habilidades fue desechado por un alumno suyo, el entrometido Secretario Particular, si ya parece que Luisito le muestra al Presidente que ha logrado educar a los perros, y que por ello es capaz de educar a los humanos aunque se comporten como perros, por lo que Luisito se quiere mostrar poderoso en cuanto a manejar destinos humanos, si la reacción del Presidente es mantenerlo en el cargo aunque Luisito se sienta en su inteligencia superior a todos, se tiene que sólo Luisito se puede fastidiar a sí mismo y desaparecer.

Y tal parece, que la mecha que enciende el querer poner fin a su vida, significa él no poder mostrar al Presidente lo que son sus dotes pedagógicos, capaces de educar a un perro y ya no se diga a los humanos, de pronto queda en shock cuando su propio alumno Tadeo ha confrontado con su alumno perro canta-ladra, y ha sido colgado él que tenía habilidades extraordinarias, mientras que la piedra mal pulida de Tadeo permanece en vida y ha confrontado a su propio maestro mostrando lo que representan las dotes pedagógicas, La Sorbona y la docta educación de su preceptor para él: significan estar colgadas de un gancho como el perro muerto.

De inmediato, el inteligente Luisito Rosales sabe que no es un buen educador porque no ha formado al asesino de Tadeo, y él sólo se castiga sin esperar que otros lo hagan, y se quita la vida colgado como un perro, colgado como sus dotes pedagógicas, colgado con toda la Sorbona, colgado de su docta educación.

Nadie comprendía a Luisito ni su esposa que falleció primero, ni su hija que le sobrevive, lo dejaban hablando sólo, con sus problemas que lo mantenían paseando y cavilando de un lugar a otro, pero como atrapado en ese cerco que era su razón, y de la cual no podía salir más que por un error lógico, es decir, aceptando que lo indicado era el suicidio, por eso las presiones que recibía de su familia de que era un traidor como Judas, y que algunos lo creían ya un loco de remate porque se mantenía muy distante de las costumbres "de los más". Y así parecía que Luisito privado de sus cartas ganadoras en el juego de naipes de la vida, decide suicidarse, aunque algunos informaron que tal vez se entera de que posee un cáncer de hígado, por lo que decide el suicidio para no sufrir más.

Pero, cómo es la perra vida, que el maestro y el perro aparecen ahorcados a pesar de sus habilidades extraordinarias, el perro por no querer cantar-ladrar ante otro que no fuera su maestro, el maestro por no haber salvado su vanidad que lo establecía como un buen educador.

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