"De todos modos, ese drama anunciaba ya un cierto rasgo característico de mi manera de pensar: es que nunca, infaliblemente, tomo partido a favor del "héroe", sino que sólo veo la parte trágica del vencido. En mis narraciones cortas, quien me atrae es siempre aquel que sucumbe al destino; en las biografías es la figura de alguien que tiene razón no en el campo real del éxito, sino única y exclusivamente en el moral: Erasmo y no Lutero, María Estuardo y no Isabel, Castellio y no Calvino; y así, en aquella ocasión no escogí a Aquiles como figura heroica, sino al más insignificante de sus adversarios, Tersites, al hombre doliente en lugar del que causa dolor a los demás con su fuerza y su determinación. Una vez terminado, no lo mostré a ningún actor, ni siquiera a un amigo, porque tenía la suficiente experiencia como para saber que los dramas en verso blanco y con vestuario griego, aunque sean de Sófocles o de Shakespeare, no son lo más indicados para "hacer taquilla" en los teatros reales."
Seré fantasma, si así lo quiere la Providencia...
"Quiero ser la Providencia, pues lo más hermoso, lo más grande y lo más sublime del mundo que conozco es recompensar y castigar"
No hay comentarios:
Publicar un comentario