LAS ACALORADAS SECUELAS DE MÉRIDA

El calor que se ha dado en Mérida por la lucha electoral, sólo comprueba que tanto el PRI como el PAN adolecen de la enfermedad de desconocer al adversario político, el PRD fue decorativo aunque tal vez su propuesta fuera novedosa.

Las campanas de júbilo príista se vuelven el grito de permitirse lo que sea para lograr ganar las gubernaturas en disputa este próximo 4 de julio. Y ya se avizoraba que Marín no se quedaría atrás, y ensuciaría al ex-Secretario de Finanzas Moreno Valle con un asunto polémico, no se puede considerar turbio, pues no lo han encarcelado, pero con la primera plana en La Jornada se confunde al electorado poblano, porque si el voto era por trascender al régimen príista con la llegada al poder de la alternativa ciudadana encabezada por Moreno Valle, ahora parecen indicarle a la gente que no tienen opción, el PRI es el único partido que compite, entonces el PRI debe ganar, ¡a poco no! ¿y dónde quedó la alianza ciudadana? ¿dónde queda la oposición al PRI? Al PRI, no le interesa, parecen haber manchado la nobleza de una aspiración legítima, que Puebla deje de ser patrimonio de un grupo político. El PRI quiere poner la tónica de que no tiene opositores, aguantarse otro sexenio de elogio a otra vanidad trasnochada. Y parece que si no actúan de inmediato, los daños para la campaña de Moreno Valle pueden ser irreversibles. Como ciudadano lo que se pide a Moreno Valle es que se defienda del infundio, que compruebe su honestidad sin tacha, es decir, ahora sí quienes se van a subir al barco con Moreno Valle le deben dar muestras públicas de apoyo, tal parece que Camacho y Nava así lo hicieron. Y el ambiente está tan complicado que Nava acude junto a Jesús Ortega para presentar una demanda contra el Partido Verde por querer convertir al líder del PRD en criminal, ya no político, ha leído usted bien, transformar al adversario político en criminal.

El show no pudo quedarse sin saber quién manda, aunque ya los príistas amenazaron a Fox que no escupa para arriba, pero aún así Felipe se desquita con quién es su rival a modo, Felipe se hace el ciego y el sordo mientras el PRI gana las gubernaturas, pero va a exterminar, es decir desaparecer al adversario político que no lo dejó disfrutar la pompa presidencial, y un objetivo fundamental de Felipe es volver al PRD una fuerza menor, dividida, estigmatizada. Por ello, Jesús Ortega no duda en señalar a la señora Niurka Sáliva como la lideresa del PRD en Quintana Roo, y que continúe la campaña del detenido su esposo Greg Sánchez. El PRI de Quintana Roo pone la alerta roja para evitar que la señora Niurka logre lo que todavía no conseguía Greg, es decir, tener la mayoría del pueblo de Quintana Roo a su favor, algo puede pasar si la señora Niurka sigue expresando con absoluta seguridad su verdad y hace tambalear el circo donde se coluden los intereses príistas y panistas.

Pero, tal parece que no se entiende la invialibilidad de un país sin una izquierda partidista, quieren seguramente regresar al esquema de una izquierda armada y combativa, pero ese no es el camino, ¿quién secuestró al conservador Diego?, tal parece que alguien que quería demostrar un poder mayor al del gobierno federal. Por eso, Felipe se crea una franca animadversión, porque quiere mostrar su poder usando el juego sucio, es decir, se ensaña con el débil de la película porque no lo quiere dejar vivo, lo quiere desaparecer. Así apunta la tonta declaración del Partido Verde de criminalizar a toda la izquierda porque Greg ha sido detenido. ¿De qué se trata? De marginar a la Izquierda de la competencia, de no permitirle entrar a la contienda por la presidencial del 2012.

Y es de notar como señala Encinas, que el gobierno no actúa con la misma vara. El candidato del PAN por Aguascalientes se encontraba quemado, pero lo han resucitado porque siempre el presupuesto federal es usado para lograr acuerdos.

Inexplicable, pero con la mesa puesta para derrotar, no por méritos propios, sino por la inercia del príismo victorioso, se rinde sin jugar el candidato príista Sobrino en Chiapas, dejando que el otro candidato gane sin jugar. El calor pudo haber afectado al príista tanto ya no para desaparecer al contrario, sino hasta para desaparecer al mismo PRI. Es un ejemplo loable, de lo que debiera hacer el PRI, ya no jugar si sabe que va a ganar o quitarse del camino, desaparecerse para haber si así nos deja una democracia sin dinosaurio.

Pero, es evidente, que el PRI quiere el todo por el todo, en Puebla seguirán con la propaganda negativa contra Moreno Valle, aunque la visita de Ebrard y Vázquez Mota hayan logrado simpatías, el peso del poder político con las redes económicas a su disposición, y los medios de comunicación a su disposición seguirá tratando de imponer con falsedad, el engaño de que el PRI es el único, invencible, votes o no votes, el PRI ganará y el dinosaurio seguirá ahí.

Vale establecer que Gabino Cué está atrapado en las mañas de Ulises, quien quiere crear entornos negativos al candidato de la alianza, se plantea una Caravana por la Paz encabezada por Encinas para transformar el cerco que establece Ulises, en el pase a un territorio ganado para la libertad. Por lo pronto, lo que quiere dividir es la permanencia de Flavio Sosa como candidato, pero en esta alianza se busca sumar y no restar, y no es precisamente una alianza ideológica, sino una alianza ciudadana para derrotar cacicazgos, precisamente Flavio Sosa ya enfrentó al régimen de Ulises Ruiz, y por lo cual fue encarcelado, por lo que complicarle el camino a Gabino Cué, pidiendo quitarle la candidatura a Flavio Sosa, sólo favorece a quienes no interesa conseguir dar fin al despotismo príista de Ulises.

Con los casos expuestos se puede visualizar que las secuelas de la calorosa lucha en Mérida, es dejar que el PRI gane todas las candidaturas, que el PAN legitime con su aval la arrolladora victoria príista, y que se regrese al escenario de antes de 1988. Por ello, la búsqueda obsesiva de desaparecer a la Izquierda, al PRD, y hasta de criminalizar a sus simpatizantes porque no quieren disidencia, sino que enfermos de poder sólo desean quedarse sin adversarios políticos, porque no saben convivir con ellos.