-Bueno, Marianne -dijo Elinor tan pronto como Willoughby dejó la habitación-, por una mañana creo que has hecho muy bien. Ya has determinado las opiniones del señor Willoughby en casi todos los asuntos importantes. Sabes lo que piensa de Cowper y de Scott; estás segura de que estima su belleza como debe, y te has asegurado de que lo que le gusta Pope no es excesivo. Pero, ¿cómo va a hacerse duradera vuestra amistad si ya habéis agotado todo de lo que hablar? Pronto habrás agotado todos los temas favoritos. Otro encuentro bastará para que explique sus sentimientos hacia la belleza de la pintura y segundas nupcias, y entonces no tendrás nada más que preguntar.
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IL POSTINO
sábado, 13 de julio de 2013
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