No llevaban mucho rato en esta posición, cuando Elinor distinguió a Willoughby en pie a pocas yardas de ellas, sumido en una seria conversación con una joven muy elegante. Pronto cruzaron la mirada, y él se inclinó ante ella de inmediato, pero sin hacer ningún amago de hablarle, o de acercarse a Marianne, a pesar de que era imposible que no la viera, y después continuó su charla con la misma joven. Elinor se volvió de forma involuntaria hacia Marianne, para ver si ella se había o no percatado. En ese momento lo percibió por primera vez, y con la expresión resplandeciente de una alegría repentina, se habría dirigido directamente hacia él, de no haberla agarrado su hermana.
- ¡Dios Bendito! -exclamó- está ahí... está ahí... ¡Ay! ¿Por qué no me mira? ¿Por qué no puedo hablar con él?
- Te ruego que te comportes -exclamó Elinor-, y no te pongas en evidencia delante de todo el mundo. A lo mejor aún no te ha visto.
Esto era, de todos modos, más de lo que podía creerse, y comportarse en un momento así no sólo estaba fuera del alcance de Marianne, sino lejos de lo que ella deseaba. Se sentó con una impaciencia que afectaba por completo a sus facciones.
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IL POSTINO
martes, 23 de julio de 2013
TE RUEGO QUE TE COMPORTES
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