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IL POSTINO

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lunes, 14 de noviembre de 2016

BANDIDOS DE LA MORAL (Der Mann ohne Eigenschaften)


"-¡No creas que desee jugar a hacerme el justo contigo! -le pidió-.No quise decir que yo no haga nada malo. Pero no me gusta tener que hacerlo en secreto. Me gustan los bandidos de la moral, no los ladrones. Lo que quisiera es hacer de ti un bandido de la moral -bromeó- ¡y no tolero que peques por debilidad!

-¡No tengo ningún punto de vista de honor en este aspecto- dijo su hermana detrás de la sonrisa, muy alejada de su rostro.

-¡Es terriblemente divertido que exista una época como la nuestra, en la que todos los jóvenes simpatizan con el mal! -le dijo sonriendo, para apartar la conversación de lo personal-. Esta preferencia actual por lo moralmente repulsivo es naturalmente una debilidad. Puede que se trate de una saturación burguesa de bondad; del hecho de haber bebido el cáliz de la bondad hasta las heces. Al principio, yo mismo pensaba que había que decir a todo que no; y así pensaban todos los que hoy  oscilan entre los veinticinco y los cuarenta y cinco años; pero no fue más que una especie de moda: ahora puedo imaginar que va a producirse muy pronto el cambio total, y que va a venir una juventud que, en lugar de la inmoralidad, esgrimirá de nuevo la moralidad. Los viejos asnos que jamás han sabido lo que tiene de excitante la moral y que sólo han sido capaces de producir unos lugares comunes morales cuando la ocasión lo exigía, se convertirán de pronto en precursores y pioneros de un carácter nuevo.

Ulrich se había levantado y paseaba inquieto.

-¡Incluso se podría decir -propuso- que lo bueno es un lugar común casi por su misma naturaleza, y que lo malo será siempre una crítica! ¡Lo inmoral adquiere su derecho de ciudadanía actuando como una crítica radical e implacable de lo moral! Nos demuestra que la vida funciona también de otra forma. Se dedica a desmentir. ¡Y nosotros se lo agradecemos con cierta indulgencia! El hecho de que existan falsificadores de documentos que son indudablemente encantadores, debería demostrar que algo no marcha en el concepto de que la propiedad es algo intocable. Puede que esto no necesite demostración; pero es entonces cuando empieza el trabajo: porque tenemos que considerar la posibilidad de que existan criminales dignos de disculpa para cualquier crimen, incluido el infanticidio o cualquier otra crueldad..."


"-Parece un juego, pero tiene su significación -aseguró- el hecho de que podamos hacer tales malabarismos; demuestra que algo no funciona en la valoración de nuestros actos. Y es cierto que algo no funciona: en una sociedad de falsificadores de testamentos, es indudable que tú misma defenderías la inviolabilidad de las prescripciones jurídicas; tan sólo en una sociedad de personas justas se diluyen y se invierten estas cosas. Y si Hagauer fuese un bribón, tu acto sería fervorosamente justo; ¡es casi una lástima que sea una persona decente! Así juegan con nosotros lanzándonos de un lado para otro como pelotas.

Esperó una respuesta, que no llegó; entonces se encogió de hombros y repitió:

-Estamos buscando una razón que sirva para ti. Hemos comprobado que las personas honestas sienten placer por el delito, aunque sólo lo sienten en su fantasía. Debemos añadir que, por contra, si oímos hablar a los criminales, veremos que casi sin excepción pretenden pasar por gente honrada. Por consiguiente, casi podríamos dar una definición: los crímenes son la fusión, en los señores que pecan, de todo lo que el resto de la gente deja pasar en forma de pequeñas irregularidades. Es decir: en la fantasía y en las mil pillerías cotidianas que se piensan. También podríamos decir que los crímenes flotan en el aire y buscan simplemente la zona de menor resistencia para meterse en determinadas personas. E incluso podríamos decir que, aunque son sin duda actos de individuos moralmente incapaces, también son, fundamentalmente, la expresión condensada de un error general humano en la distinción entre el bien y el mal. Esto es lo que, ya desde la juventud, nos inspiró la crítica que nuestros contemporáneos no consiguieron superar."


Prosigo ahora transcribiendo sobre Segmentación de Mercado e Investigación de Mercado, tomando un café invisible como si estuviera degustando en Café de Flore con el existencialismo de Sartre y el feminismo de Simone.

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