Ahora paseaba por la casa como una víctima. Los forzudos que el hospital utilizaba para estos casos tenían sus puntos de mira directamente centrados en él. Ignatius Reilly, el pichón, el plato, el blanco fácil. La víctima. Su madre quizá se hubiera ido simplemente a una de sus bacanales de bolera. Por otra parte, en aquel momento podría estar entrando en la calle Constantinopla un camión con rejas.
Huye. Huye.
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Mi carácter no es vengativo, surge el Internet y ya no hay distancias para la comunicación, eso lo pone el Destino o Dios como lo presenta Iñarritu en "The Revenant". Hay venganzas que son exquisitas y las mujeres como las femme fatale son especialistas en utilizar su delicadeza para servir el plato frío.
Haciendo planes, quiero conseguir el libro de Bollman "Women Who Read Are Dangerous", si no pudiera lograrlo me conformo con "Mujeres y Libros. Una Pasión con Consecuencias", que observé en la estantería de la librería después de soportar casi tres horas lo que quiere contarnos "The Revenant", eso sí, excelentes paisajes, pero se trata de lo que puedes checar en "Jacques El Fatalista" de Diderot, esto es si nuestro Destino está escrito de antemano, y de quién permite que se cumpla una venganza, y la respuesta podría ser el Internet, o acaso la sentencia de The Godfather de que la venganza es un plato que se sirve mejor frío, o como lo plantea Iñarritu es Dios, que nos permite alcanzar esta comunicación y que nos pone como "servida la mesa" para realizar hasta lo imposible, sólo hay que esperar, he ahí el problema: el Tiempo, muy pocos llegan a actuar como El Conde de Montecristo. Yo no me obsesiono, sólo aprovecho las oportunidades, y pues tengo olfato de goleador me ponen un balón y proyecto meter gol.
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