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IL POSTINO

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martes, 2 de julio de 2013

LA DEFENSA ANTE EL FANATISMO RELIGIOSO

No creer en la bondad de un Dios lo dice una experiencia de vida a la que inesperadamente le suceden catástrofes, malas rachas, momentos de desesperación, ser encamisados de fuerza hacia la locura, y acercarse a desenmascarar el sentido de vivir. Sí, Dios es bondadoso porque te hace sufrir como a Job, quitándote casi todo, excepto la vida, pero gracias a estos sinsabores te permite apreciar la Creación de supuesto origen divino y con una evolución de millones de años. ¡Felicidades! Has llegado a aparecer en el mundo de la tecnología, con las lap-tops y los smartphones, las posibilidades de bloguear, compartir en facebook o twitter, y no pareciera adecuado sentirse como un anacoreta: ¡El fin de los tiempos está cerca! Cuando te toca beber la cicuta de la desgracia, no lo puedes creer, y renegarías de que todo lo que los otros consideran felicidad raya en algo cercano a un estrecho margen de comprensión del mundo. Porque efectivamente si tú cuentas con los medios mínimos indispensables harías maravillas de la aparente "nada". Pero estando siendo casi una "nada", te colma de placer reconocer la angustia sartreana, y saber que al mismo tiempo que existe la elección libre, ¡oh qué belleza!, todo proyecto humano está condenado al fracaso porque la libertad trae aparejado al ser y la nada. El éxito, el glamour, "el buen gusto" son caminos que si no los vives no sabes lo que te pierdes. ¡Falacias! Aprendes todo lo que te has creído del show, aunque no seas el judío que mueve los hilos, dígamoslo en términos más cercanos, tú no juegas el Super-Bowl y te diviertes en tu ser con todo el show que te traen las principales compañías patrocinadoras del evento. Y hay una especie de premio que se alcanza en los recovecos teniendo perseverancia o un buen olfato, no se trata del "hueso" de una chamba, sino más bien a esos instantes celestiales de un Fausto: "¡Instante bello, détente!". Tal pareciera que es fácil llegar a admitir o a aceptar que un momento determinado cobra relevancia en tu vida, pero encontrarse con ese momento oportuno parece de lo más complicado, no hay una secuencia que te lleve por un esfuerzo hacia esa finalidad buscada, es más bien un misterio o un azar repentino que si no lo comprendes al momento, lo pierdes para siempre. Es lo que llaman algo inesperado, pero no es Dios, puede ser algo muy bello, imborrable, o ser algo que te arroja al caos y al sufrimiento que puede ser eterno. Jugar  a la lotería, a eso se parece la vida, te puedes sacar el premio, y gózalo que será una vez, o puedes pasártela intentando una y otra vez, con los correspondientes castigos cada vez que no atinas al premio. Aquí tratamos de convencer de que puedes ser un imbécil aunque te hayas pintado hacia los demás un donaire de perfección, y esto es por como es necesario que te hayas cruzado con muchos eventos para aspirar a conocer una fracción de la verdad, si no eres tan fatalista de que no hay ninguna, pero en una postura agnóstica, esperas lo que sucederá en el futuro sin descartar. Es lo más sencillo haber tomado una idea previa como fija, y después darte cuenta de la plasticidad de la idea, que tiene muchas formas de verse, y una puede ser radicalmente platónica en el sentido de figurarse el mundo como una abstracción, o en otro caso, desbaratar y decir que nada tiene existencia, salvo el acto de ser que se confirma al elegir. Lo que más molesta a cualquier religión, es que el ser humano se libere y se erija como Creador dentro de esta realidad-sueño. ¡Pamplinas! Si no hay Dios, el fundamento nihilista, el humano puede ser Dios. Y entonces, no es necesario ni el reto a Dios que sería despreciar esta vida, porque al fin y al cabo la vida es producto de la libertad de cada uno en una realización que es lo que inexcusablemente nos toca vivir. Y por ello, no hay promesa futura, el mundo o lo tomas con tus manos o te quedas mirando como sigue su avance diario. No hay nadie a quién rezarle, quizá un súbito encuentro con un judío poderoso te pone a ser espectador privilegiado del show, pero nada más, detrás del Tabernáculo, no hay Nada, ese es el misterio, no hay Dios...

Es un atraso cultural la persecusión del ateísmo recién aprobada en Rusia:

La nueva ley castiga cualquier "notoria falta de respeto hacia la sociedad con el fin de ofender los sentimientos religiosos de los creyentes".

Los infractores serán condenados a un año de prisión, multa de hasta 300,000 rublos (casi 10,000 dólares) o trabajos obligatorios de hasta 240 horas.

En caso de que el delito se cometa en una iglesia u otro lugar donde se oficie un servicio religioso, será castigado con penas de hasta tres años de cárcel, multas de hasta 500,000 rublos (16,000 dólares) o trabajos obligatorios de hasta 480 horas.

La ley también tipifica una nueva falta en el Código Administrativo, que penará con multas de hasta 50,000 rublos (1,600 dólares) la profanación de literatura religiosa, símbolos y emblemas de los distintos credos, así como su destrozo.



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