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IL POSTINO

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miércoles, 7 de julio de 2010

DE LA PASARELA CON DADOS CARGADOS A LA LEGITIMIDAD POR EL PODER CIUDADANO

¿Para qué gastar en elecciones, para qué efectuarlas, si ya se ha escogido a la persona que ocupará el cargo público? Es absurdo. Será acaso, envanecer, corromper al candidato con los dados cargados para que reciba el elogio, la adulación en una pasarela del medioevo. No es ni moderno, ni democrático, pero es cumplir con una tradición de que el ungido debe tener verbenas públicas que lo impongan como el consentido. Es un despilfarro. Y tal parece que es la moda para "legitimar" el poder del sucesor con dados cargados, pero más bien lo que hacen es ungirlo. Es un ritual que tenían los aztecas para festejar el ascenso de un emperador, o que se daba en la coronación de reyes europeos, se debe "legitimar" al sucesor, para lo cual hay que ungirlo, y hay un maquillaje apropiado para la pasarela, desde pelucas, lavado de pies, fastuosa vestimenta, perfumes, vítores de multitudes, vehículos pomposos, bailes, banquetes, y esto no es precisamente moderno, es la celebración de la "plenitud del pinche poder".

En el artículo magnifícamente titulado "El voto sí es el camino" que retoma la frase dicha por Marcelo Ebrard un día antes: "El camino está en la izquierda", la periodista Denise hace un análisis muy certero de las elecciones del pasado 4 de julio, con respecto a que hubo poca participación política en Chihuahua y Tamaulipas donde el candidato príista aplastó a sus contrincantes, y además que se mostró el poder ciudadano para poder remover al PRI de los gobiernos de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, es decir aumentó la participación política porque las elecciones estaban reñidas, cada voto fue importante, y hubo una decisión en la conciencia del votante hacia qué candidato darle su voto.

En Chihuahua y Tamaulipas, no se debieron realizar elecciones, y lo más conveniente era que el Congreso Federal nombrará a gobernadores provisionales, esto debido a que la gente tuvo miedo o el caso más común no tenía confianza en la elección de sus gobernantes o también ve fútil la realización de una elección, pero más allá, la oposición fue apabullada, no hubo una oferta política que los animará a votar, era el caso del PRI o el PRI, y esto lleva a un candidato ganador a ser homenajeado en plenas elecciones, antes de tomar el poder. Por desgracia, se da el crimen contra Torre Cantú, pero ni así los tamaulipecos salieron a "legitimar" la elección, hay que considerar que también se da otro factor que puede explicar la abstención, y es que se presenta el golpe del huracán "Alex", y esto nos lleva a que una elección no se debe realizar cuando no hay condiciones favorables, porque no es meterle papelitos a una urna y ya, sino es dar una aprobación de la gestión al gobierno o promover un cambio con un líder de otro grupo político. No es correcto decir que cómo no te encontrabas en libertad de votar, por la inseguridad, el miedo o el huracán Alex, si no votas hoy, pues quizá te toca votar a la otra, es como colocar la estructura electoral para justificar que se hizo una elección, y el ciudadano que quizá tenía mucho que indicar en la dirección de la política con su voto, es rebajado a ser un instrumento más en las elecciones, es decir, mamparas, boletas, crayones y votantes. Se ha logrado concretar exitosa la elección cuando han venido los votantes suficientes para justificar una elección. Pero esto no es benéfico para Estados que necesitan participación ciudadana, si Chihuahua y Tamaulipas tienen eventos que son causa de instituciones que han sido desbordadas, no es sano seguir fingiendo en que se tiene control político, es como validar la constitucionalidad de la elección cuando hubo muchas anomalías que se precipitaron hasta el lamentable fallecimiento de Torre Cantú. Y querer imponerse con una legitimidad ciudadana sin tenerla es luchar a contra corriente por la movilización, la participación y la organización de los ciudadanos que tanto necesitan para hacer frente a las adversidades.

Pero como se incrementa la participación ciudadana, cuando la gente ve posibilidades de triunfo en cualquiera de los candidatos, y aunque esto podría causar confusión porque posiblemente uno vota obcecadamente por una ideología, se facilita la elección: quieres más de lo mismo o quieres un nueva conducción en la política. Y el resultado para las alianzas ciudadanas como opción contra el régimen príista establecido en Oaxaca, Puebla, Sinaloa por fin ha logrado la alternancia, en Durango el PRI debe aceptar que Rosas Aispuro es más popular que el candidato oficial, y en Hidalgo han sacado una ventaja pírrica sobre Xóchitl que podría llegar a conseguir la nulidad de la elección. Pero, no hay que perder de vista, que los futuros gobernadores aliancistas son ex-príistas, también Cué lo fue antes de ser convergente, y aunque hayan sido auspiciados por el PAN o el PRD, no le deben "favores" a estos partidos, no obedecen instrucciones o siguen línea para realizar determinado proyecto para su Estado, se encuentran en libertad de ejercer el poder a su conveniencia. Por ello, cuando se realizan cuentas sobre qué partido ganó más con las alianzas es fútil, porque los ganadores son los gobernadores electos, quienes no tienen un vínculo de antigüedad con las cúpulas partidistas, a excepción de Cué que es convergente, se tiene a gobernantes que pueden pactar con una ú otra fuerza política, por ello, el comentario de Moreno Valle en cuanto que apoyaría una alianza ciudadana que conjunte al PAN y partidos de izquierda para derrotar en su casa a Enrique Peña Nieto, pero a la vez manifiesta su simpatía por Ebrard si fuera candidato presidencial. En el caso de Cué, se encuentra en aprietos, debido a que tiene que invitar a López Obrador y Calderón a su toma de posesión, y aunque reconoce el gran impulso que Andrés Manuel da a su campaña, deberá hacer la toma de poder en el recinto oficial y seguramente Felipe sea el que asista, aunque López Obrador quizá realice un evento multitudinario en la calle al que asista Cué, aquí se aprecia cómo los gobernantes "aliancistas" hallarán las formas de relacionarse con "el agua" y con "el aceite", pero tendrán más margen de maniobra que muchos gobernantes que se refugian en el caparazón de un partido político, en cuestión de proyectos o gestiones con el gobierno Federal o con el gobierno de la Ciudad de México saldrán favorecidos, pero en la aprobación del presupuesto por el Congreso encontrarán obstáculo con un PRI que todavía es mayoría, aunque algunos diputados puedan volverse "independientes" para trabajar en armonía con su Estado "aliancista". Y seguramente se seguirá comentando más sobre esta decisión ciudadana de llevar al triunfo a candidatos sin ideología o plataforma política de un partido que los cobije, porque no es algo "extraordinario" que hayan ganado, condensan el hastío hacia un partido que gobernó 80 años, y que la ciudadanía ya está lista para las candidaturas independientes, los plesbicitos y el referéndum, la ciudadanía quiere la Reforma del Estado, quiere un "gobierno de gabinete", quiere la reforma política para el Distrito Federal, en fin no ganan los partidos políticos, la ciudadanía exige la modernización y consolidación de la democracia. ¿por qué parece ser que la gente vota sin conocer el proyecto político? ¿por qué parece ser que la gente vota por la figura del candidato? Parece ser porque la política no se discute, hay candidatos que no exponen sus ideas y con estrategia mercadológica de izquierda o de derecha quieren posicionar ante la ciudadanía algunas frases con los cuales la gente los reconoce, pero es indispensable que si hay confrontación entre candidatos se busque que reaccionen en cómo solucionarían ellos una problemática y no se evadan en su discurso mercadológico o describan el desastre que la gente ya conoce. En todas las contiendas entre las alianzas ciudadanas y el PRI sí se observaron clichés mercadológicos que favorecieron a uno ú otro candidato, y ahí está el peligro, no necesariamente el que ponga el hit mercadológico acerca de si eres "el chiapaneco" o "el poblano", o encuentre llamadas telefónicas del apoyo del gobierno federal o estatal a las candidaturas, eso es una guerra obsesiva por el poder, pero la gente debe valorar la seriedad de un proyecto político.


Como menciona Moreno Valle: "Cualquiera puede ganar, pero no ir en alianza no veo cómo", con respecto a la elección del Estado de México. Y es que la disyuntiva es permitir que Peña Nieto se vuelva el ungido, sin más "legitimación" que la "cargada" de la élite del poder organizándole una campaña mercadológicamente magnífica y con la movilización de gente para mitines con la tecnología del siglo XXI, es decir el "viejo PRI" reciclado en el "nuevo PRI", lo cual sería nefasto para lo que se ha ganado en esta democracia, no habría equidad en la competencia, sería una pasarela como la ascensión de Luis XIV, el Rey Sol sonriendo a su adorado público pero manifestando sin descaro: "El Estado soy Yo".

Pero ideológicamente, es incorrecto que no tengan un proyecto político para dirigir un estado tan poblado y rico como el Estado de México, no es una aventura dirigir esa nave, y es donde Alejandro Encinas al haber dirigido el gobierno del Distrito Federal puede aventajar a cualquier adversario por su conocimiento de la problemática del Estado de México y al haber sido candidato al gobierno de este Estado en 1993, pero él ha dicho que no acepta las alianzas entre la Derecha y la Izquierda. Y es que lo preocupante, es que quien deba ser el candidato opositor que derrote a Peña Nieto en las estatales del Estado de México debe ser la persona más capacitada y si se van sólo con la alianza de izquierdas no deben tener un papel testimonial, si se fuera en una alianza ciudadana de "todos los partidos contra Peña Nieto" se debe elegir el mejor candidato aunque no pertenezca a ningún partido político y construir desde ahora su proyecto político, porque el peligro sería que aunque ganen el Estado de México, la conducción del gobierno se vuelva un caos. Es evidente que los miembros de la cúpula de un partido político no son uniformes en cuanto a sus ideas, pero desde luego que el comportamiento de los líderes incide en quienes serán sus seguidores, y por ello es equivocado querer presumir que si manifiesta cierto pensamiento poderoso un líder se vuelva el más popular en la sociedad, si no busca convencer que su planteamiento es el adecuado para el desarrollo del país. No querer ver que los ciudadanos de este país necesitaban derrotar a los cacicazgos príistas es no aceptar que lo han exigido por votos, democráticamente han abolido el régimen del PRI en Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Durango e Hidalgo. Era fácil ver que el México del siglo XXI ya no necesita imposiciones, dedazos, elecciones con dados cargados que sólo fomentan el abstencionismo y que se burlan de la modernidad queriendo engañar a una sociedad que exige mejores condiciones de vida, y que ya no son súbditos de un monarca, sino ciudadanos que se merecen respeto y mínimamente exigen elegir a su mejor gobernante en elecciones democráticas. Por ello, las "alianzas" funcionaron, fueron la voz del pueblo contra la imposición de un sucesor.

El PRI conserva más de 20 gubernaturas, hasta ahora es el partido con más posibilidades de alcanzar la Presidencia porque tiene la más poderosa maquinaria electoral, pero ya fue vencida en territorios que nunca había perdido, el momento que vive el país favorece las "megaalianzas" de todos los partidos políticos contra el PRI, el Estado de México es una pieza vital en lo que será la oportunidad que tenga cualquier partido político de llegar a la Presidencia, por lo que sería deseable que encontrarán la fórmula para derrotar al PRI mexiquense, esto implica que los candidatos a ese gobierno presenten proyecto político, si los partidos como el PRD y el PAN van por separado defendiendo su ideología, que proyecten bajar al PRI al tercer lugar, es decir que cambien el juego político del PRI contra la oposición, y lo vuelvan una competencia entre candidatos fuertes, donde el PRD pueda demostrar que ha logrado convencer a la mayoría para formar gobierno o el PAN gane en buena lid, pero si no van a poder resistir la estructura electoral de Peña Nieto que "no les tiene miedo", y que además aprovechando la división de la oposición comprará a los líderes de los "partidos chicos" y estará divertídisimo viendo como el PRD y el PAN se disputan a votantes que no irían con el PRI, porque es muy cierto lo que dice Marcelo Ebrard: usan la máxima romana del Divide y Vencerás.

Como ciudadano no se desea que la política se vuelva una pasarela del candidato con dados cargados, por lo que se apela a la legitimidad que sólo la da el voto ciudadano volcado para lograr la transformación y desarrollo de México.

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