Laura Bosques, hija del cónsul general en Francia Gilberto Bosques durante la Segunda Guerra Mundial saluda al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del entonces Presidente Gral. Lázaro Cárdenas, acompañados por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México Marcelo Ebrard.
LA MIRADA, María Zambrano
Sólo cuando la mirada se abre al par de lo visible se hace una aurora. Y se detiene entonces, aunque no perdure y sólo sea fugitivamente, sin apenas duración, pues que crea así el instante. El instante que es al par indeleblemente uno y duradero. La unidad, pues, entre el instante fugitivo e inasible y lo que perdura. El instante que alcanza no ser fugitivo yéndose.
Inasible. El instante que ya no está bajo la amenaza de ser cosa ni concepto. Guardado, escondido en su oscuridad, en la oscuridad propia, puede llegar a ser concepción, el instante de concebir, no siempre inadvertido.
Y así, la mirada, recogida en su oscuridad paradójicamente, saltando sobre una aporía, se abre y abre a su vez, "a la imagen y semejanza", una especie de, circulación. La mirada recorre, abre el círculo de la aurora que sólo se dio en un punto, que se muestra como un foco, el hogar, sin duda, del horizonte. Lo que constituye su gloria inalterable.
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IL POSTINO
jueves, 24 de junio de 2010
EN HOMENAJE PÓSTUMO AL DIPLOMÁTICO CARDENISTA
Etiquetas:
CÓNSUL GENERAL EN FRANCIA,
GILBERTO BOSQUES,
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