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IL POSTINO

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sábado, 26 de junio de 2010

FRANCO DESACUERDO CON LA DIMISIÓN DE MINERVA

No es una alianza para vencer cacicazgos príistas, es una alianza de última hora para tratar de "salvar al PAN" que perdería seguramente uno de los Estados que dirige. Tal parece una claudicación para el PRD, o hasta el precio que le ponen los panistas a seguir realizando las alianzas en otros Estados. Es muy lamentable, que la candidata perredista Minerva Hernández previamente demandada por el gobierno panista de Tlaxcala y en franca lucha contra sus contendientes Zarur y Adriana Dávila, se vea forzada a abandonar la candidatura por el PRD y ceder los "votos perredistas" para que sean "votos panistas".

Pero previamente Adriana Dávila ya acusaba de "guerra sucia" y no enfrenta un debate donde se confrontaría con Minerva y Zarur. Inexplicablemente, la única que aceptaba presentarse a ese frustado debate era Minerva Hernández. Y es que tal fue el apuro del PAN en cuanto a perder el gobierno en Tlaxcala, que había que jugar con los instrumentos de presión disponibles, acusaron de "mentirosa" a Minerva, ahora se vuelve la aliada para poder derrotar al PRI y Minerva deja de ser mentirosa. El PAN ha asumido ser "mentiroso" no sosteniendo que Minerva era "mentirosa". Tal pareciera que es muy fácil lograr el traspaso de votos de un partido a otro como si fuera cambiarse de calcetines, pero hay un caos en Tlaxcala que explica en parte esta situación, sucede que el candidato del PRD a la capital Tlaxcala, opositor a Minerva, amenazó de irse con el PRI o sea con Zarur, y está en desacuerdo o rebelión con la dirigencia nacional de Jesús Ortega. Tenemos para la gubernatura al PRD yéndose con el PAN, y en la elección de la capital al PRD yéndose con el PRI. López Obrador no podría dar crédito a lo que sucede en Tlaxcala: la lucha del poder por el poder, obliga a algunos perredistas a apoyar al PAN, mientras que otros perredistas apoyarán al PRI, es un cisma, una disolución del PRD en Tlaxcala. Por ello, es sintomático que Minerva Hernández estaba "con voz entrecortada y entre lágrimas por momentos" al declinar por su adversaria Adriana Dávila.

Minerva Hernández justifica esta alianza "al vapor": "en concordancia con la política nacional de los partidos nacionales que me apoyan he decidido suscribirlo". Con la diferencia de que en Tlaxcala no gobierna el PRI y no se puede hablar de un cacicazgo príista, pero desde luego que hay "focos rojos" porque el PRI los estaba aventajando y recuperaría por la vía democrática el gobierno de Tlaxcala, después de un gobierno perredista y otro panista. Están apostando a quitarle al PRI una gubernatura que ya parecía tener en la bolsa, es decir, de última hora si sumados son los votos de Minerva y Adriana, le estarían "robando" al PRI la elección, pero ahora sucede que no son los partidos los que determinan cómo se va a votar, sino son los ciudadanos, habría que ver cuántos perredistas se van con el PAN y cuántos se van con el PRI, o cuántos anularán su boleta, inclusive la otra candidata del PS saldrá beneficiada porque "cachará" votos. Por lo que no se garantiza que sea "exitosa" la alianza PAN-PRD para sostener un gobierno del PAN que tal vez para la ciudadanía no ha cumplido, y se ha visto la injerencia en las elecciones del gobierno panista de Tlaxcala al "puro estilo príista". Se llegó a una suciedad límite en esta elección donde los actores políticos no respetan su discurso, y donde la ideología ha sido pisoteada con el fin de ganar una elección que será muy disputada y cuestionada. Y si el PRI gana por su candidato, la alianza PAN-PRD perdería por su candidata, y esto es que aunque se le inyecte dinero, aunque se le sume simbólicamente un partido grande como el PRD, la ciudadanía de Tlaxcala decidirá si repite el PAN en el gobierno estatal, y tal parece que esta alianza PAN-PRD tardará estos últimos de campaña sólo en tratar de informar a la población tlaxcalteca la dimisión de Minerva y el por qué lo ha hecho, y que se debe votar por el PAN si tenías intención de votar por el PRD, una confusión como la que sucedió en Iztapalapa donde votar por el PT daba el triunfo a una candidata perredista, y votar por el PRD era votar por otra perredista en competencia, ¡nunca antes visto! ¿Qué sucederá en Tlaxcala?

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