"La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de tenaces resistencias, para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura. Es completamente cierto, y así lo prueba la historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de hacer esto no sólo hay que ser un caudillo, sino también un héroe en el sentido más sencillo de la palabra. Incluso aquellos que no son ni lo uno ni lo otro han de armarse desde ahora de esa fortaleza de ánimo que permite soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no quieren resultar incapaces de realizar incluso lo que hoy es posible. Sólo quien está seguro de no quebrarse cuando, desde su punto de vista, el mundo se muestra demasiado estúpido o demasiado abyecto para lo que él le ofrece; sólo quien frente a todo esto es capaz de responder con un "sin embargo"; sólo un hombre construido de esta forma tiene "vocación" para la política."
Con la anterior cita de Max Weber, el dirigente del DIA Manuel Camacho Solís, que orquesta la coalición de los partidos de Izquierda registrados integrada por PRD, PT y Convergencia, que fue además regente del Distrito Federal, termina su discurso tras haber recibido el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, por su labor de mediación y conciliación en el conflicto entre el Estado Mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, iniciado justamente en el instante que comienza el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
En el discurso de Camacho Solís, se resaltaron las intervenciones de Pablo González Casanova, el ex-obispo de San Cristóbal de Las Casas Samuel Ruiz, del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, de José Agustín Ortiz Pinchetti, Santiago Creel, Miguel Ángel Granados Chapa, José Woldenberg, entre otros, en cuanto a la negociación con los zapatistas y las mejoras al sistema electoral mexicano.
Estuvo presente el gobernador Juan Sabines, su esposa Isabel Aguilera, el presidente municipal Jaime Valls, el senador Manuel Velasco, y desde luego, fue muy reconocida por el auditorio la asistencia del obispo Samuel Ruiz.
Manuel Camacho apuesta a que los ciudadanos logren la transformación de México, y no para un lejano e incierto 2012, sino para modificar la ola de inseguridad que ataca la estabilidad del país, él vuelve a llamar a que se reúnan los actores políticos para fijar cómo enfrentarán la problemática que rodea hoy al Estado Mexicano, y que resulta más grave que la violencia desatada por el conflicto en Chiapas a raíz del alzamiento zapatista.
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IL POSTINO
viernes, 27 de agosto de 2010
INTENTA LO IMPOSIBLE UNA Y OTRA VEZ
¡Adelante, Don Manuel!
¡El compromiso es con Monsiváis!
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