Soñaba que mi corazón flotaba dentro del castillo
encima de una copa extraña y polvorienta:
- ¡Para allí sangrar, seguramente! ¡Ya que su herida es tan deslucida
que el tiempo ya regresa otra vez el cuchillo!
.
¿Eh qué? La cosa entonces estaba excesivamente horrible:
Ni la muela del spleen, ni los martillazos
de la desgracia, ni la angustia con las mandíbulas del torno
podían expresar su púrpura doloroso.
.
¡Mi corazón vive! me hablaba fuertemente, él palpita; ¡él siente!
yo percibo su tic-tac, y desde luego, es de la sangre,
¡de la sangre que va a verter de su herida abierta!
.
¡Pero no! Él estaba muerto, archimuerto, y tan madurado,
que una lágrima de pus nauseabunda y verde
supura lentamente como el agua de un viejo muro.
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IL POSTINO
domingo, 22 de agosto de 2010
CORAZÓN ARCHIMUERTO
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