se exhala secretamente de este retrato hechicero
del que los ojos escudriñadores son más fríos que el acero,
más suaves que el terciopelo y más calientes que la brasa.
Es el mal tenebroso, el mal que nada tranquiliza;
es el vampiro humano sabio y carnicero
que fascina los corazones por mantenerlos en suplicio
y que deja un veneno sobre la boca que besa.
Este infernal retrato me hiere de asombro;
y desde entonces, a través de mi fiebre o mi somnolencia,
siento aparecer a lo más hondo de mi pensamiento íntimo.
La sonrisa indecisa de la mujer-serpiente:
y siempre mi mirada ya flota y ya se suspende
como una niebla miedosa debajo de un abismo.
..
Rollinat con más sobre la mujer-serpiente:
ELLA, SERPIENTE
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