Un lúgubre quiquiriquí
resuena a menudo sobre la paja.
Ahora bien la noche que nunca para
comienza a hacer su tejido.
Rojo como una amapola,
el sol cierra su reinado.
Un lúgubre quiquiriquí
resuena a menudo sobre la paja.
Y Juan apresura su pequeño asno,
ya que el gallo del campanario fantasma
abre sus dos alas de gnomo;
y es él que lanza en el eco
un lúgubre quiquiriquí.
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IL POSTINO
lunes, 9 de agosto de 2010
UN LÚGUBRE QUIQUIRIQUÍ
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