La falta de integración o el daño de integración se manifiesta en dos grandes categorías, una: la falta de integración in minus, es decir algo se queda afuera que es una percepción crítica, en la cual el paciente no logra integrarla en su imagen consciente de sí mismo, y se vuelve una alucinación, algo que percibe como que si le llegara al sí mismo desde afuera. Este es una falta de integración in minus, es decir, que el paciente en el momento en que integra tiene que excluir algunas cosas que está experimentando para mantener la continuidad del sentido de sí mismo coherente y unitario. El delirio por el contrario es un daño de integración en exceso, incluso, es decir, el paciente para alcanzar una imagen unitaria y coherente de sí mismo tiene que desbordar, tiene que exagerar, tiene que incluir otros aspectos de la experiencia que comúnmente no son incluidos por la persona que tiene una buena capacidad de integración normal o neurótica, tiene que inventarse cosas, ese es el delirio y además tiene un problema de integración también en lo que es el aspecto longitudinal, es decir de poderlo reconocer en su ciclo de vida como un continuo. El paciente que está con una producción psicótica, no sólo no tiene una imagen consciente unitaria de sí mismo en el momento, sino que también pierde el sentido de continuidad y coherencia de su vida pasada, como si no viera el camino que ha recorrido para llegar al sí mismo de ahora, como que lo viera fragmentado. Como si en esta ruta viera a diferentes personas que son diferentes de él, que se siente ser ahora.
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